Un hombre con uniforme militar perpetró un atentado suicida el lunes en el local fortificado del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Islamabad, la capital de Pakistán, matando a 4 paquistaníes y a 1 iraquí que trabajaba para esa agencia, informó la policía.

Fuente: AFP.

La policía dijo que estaba investigando cómo el kamikaze logró burlar las estrictas medidas de seguridad y entrar a las oficinas del PMA, detonando alrededor de 8 kilos de explosivos.

Aunque el atentado no fue reivindicado, fue atribuido a los talibanes, cuyo nuevo líder, Hakimulá Mehsud, apareció el lunes en la televisión local prometiendo nuevos ataques “severos” para vengar la muerte del jefe rebelde Baitula Mehsud.

Aparentemente estos comentarios fueron realizados el domingo, antes del ataque contra la oficina del PMA, pero Mehsud advirtió que “miles de vidas humanas” serían sacrificadas en su operación insurgente para instaurar una ley islámica severa en Pakistán.

En Roma, el PMA confirmó que 5 de sus empleados perdieron la vida en la explosión en Islamabad. El ministro del Interior, Rehman Malik, dijo que dicho atentado fue llevado a cabo por extremistas talibanes.

“Ellos (militantes talibanes) han preparado una estrategia y existe la posibilidad de que pronto haya más incidentes como este”, dijo a los periodistas.

La explosión provocó escenas de confusión en torno al complejo amurallado del PMA en el centro de Islamabad, donde se escuchaban sirenas y se elevaba una columna de humo tras los muros. Los supervivientes heridos caminaban entre trozos de vidrio sobre pisos cubiertos de sangre.

“Estábamos en el piso superior cuando tuvo lugar la explosión. Sacudió el edificio y destrozó las ventanas”, dijo un empleado del PAM.

“Fue un atentado suicida”, cometido por un kamikaze que se las ingenió para penetrar en el lugar y hacer estallar su carga de 8 kilos de explosivos”, declaró a la AFP el subinspector general de la policía de Islamabad, Bani Amin.

“Hemos encontrado las piernas y la cabeza del kamikaze e investigamos cómo pudo penetrar en la oficina, en un inmueble muy seguro y equipado con escaners” para detectar metales, añadió.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, “condenó con firmeza” el atentado y ordenó una investigación, indicó su oficina en un comunicado.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el ataque de “crimen atroz”.

Las oficinas de la ONU en Pakistán quedaron cerradas hasta conocer nuevos datos sobre la seguridad, dijo la portavoz de la organización a la AFP, Susan Manuel.

Un empleado del PMA dijo haber visto una pierna arrancada en el lugar del atentado, en tanto que un periodista de la AFP visualizó una columna de humo que salía del edificio.

Al menos 2.100 personas murieron en los últimos dos años en Pakistán en una ola de atentados, en su mayoría suicidas, atribuidos a islamistas vinculados a la red Al Qaida que tienen sus bastiones en las zonas tribales del noroeste.

Tres bombas mataron a 28 personas en las últimas tres semanas en esa región. Los talibanes reivindicaron la autoría de uno de esos hechos y amenazaron con intensificar su ofensiva.

Hubo una pausa de los atentados después de la muerte de Mehsud, el 5 de agosto, pero los analistas preveían que los insurgentes buscarían demostrar que mantenían intacto su poder de fuego con una nueva oleada de atentados.

Por otra parte, el sucesor de Baitula Mehsud y nuevo jefe de los talibanes de Pakistán, Hakimulá Mehsud, cuya muerte probable fue anunciada por un responsable de servicios de información estadounidense, apareció en un video filmado el domingo y divulgado el lunes por las televisiones paquistaníes.

“Estoy vivo y sentado ante ustedes. Todas las historias sobre mi muerte carecen de fundamento. Ya pueden ver que estoy vivo”, dijo en el video Hakimulá Mehsud, que lucía muy saludable.

Un periodista de la AFP, que entrevistó a Mehsud 3 veces, lo identificó formalmente.