Los 12 países suramericanos miembros de Unasur mantuvieron una tensa reunión en la ciudad argentina de Bariloche, para intentar desactivar la crisis provocada por el acuerdo de Colombia de permitir que tropas norteamericanas utilicen siete bases militares de ese país.

La cumbre puso de manifiesto las profundas diferencias que existen en la región respecto al tema, pero finalizó con un comunicado que deja abierta la posibilidad de que el Consejo Suramericano de Defensa, dependiente de Unasur, examine nuevas medidas de confianza mutua y verificación que disminuyan el nivel de enfrentamiento y desconfianza.

Antes, sin embargo, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, tuvo la oportunidad de desmentir que el tratado con la Casa Blanca limite la soberanía de su nación.

Uribe también pidió a sus pares que se reconozca que es el terrorismo el que llevó a su país la decisión de aceptar la ayuda estadounidense.

Argumentos que fueron desechados por el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien leyó varios párrafos de un documento norteamericano publicado en internet que, según afirmó, resume las necesidades estratégicas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y su necesidad de usar bases en distintos países.

El presidente protempore de Unasur, el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, se sumó a los temores de Chávez y pidió, incluso, convocar a una reunión con el presidente de Estados Unidos, Barak Obama.

En tanto, la presidenta Michelle Bachelet, demandó una mayor transparencia en los acuerdos militares firmados entre miembros de Unasur y terceros. Además, se mostró contraria al uso de fuerzas militares para enfrentar al narcotráfico en la región.

Más temprano, y por cerca de 45 minutos la presidenta Bachelet y Evo Morales, de Bolivia, participaron de una reunión bilateral junto a sus ministros de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández y David Choquehuanca.

Trascendió que, como era de esperar, en la cita, solicitada por Bolivia, se trataron las polémicas declaraciones del gobernante peruano, Alan García, quien acusó la existencia de “un pacto bajo la mesa” entre Bachelet y Morales, por el tema marítimo.

No habría sido el único, ya que también estaban sobre la mesa las dificultades que enfrenta el Mandatario boliviano para concretar el acuerdo por el uso de las aguas del río Silala.

Volviendo al tema principal de la cumbre de Unasur, se acordó una próxima reunión para la primera quincena de septiembre, para allí analizar específicamente, la estrategia militar estadounidense en Sudamérica.