“¡Se lo pitiaron! ¡Los milicos lo mataron!”, gritó una de las personas que bloqueaba la Ruta 5 Sur frente a Curicó la noche del lunes 21 de octubre de 2019 y que presenció cómo José Miguel Uribe Antipani (25) se desvanecía a un costado del camino.

El alboroto había sido causado por varios disparos. Las cuatro o cinco personas que habían bloqueado el paso y que amenazaban con lanzar piedras en caso de no detenerse, ahora corrían despavoridos. Algunos optaron por tirarse al suelo, una mujer se refugió detrás de una camioneta de servicio blanca, mientras que Uribe Antipani caía con una herida en el tórax, la que momentos más tarde le causó la muerte.

A bordo del vehículo -que también recibió dos balas- estaba C.M.M., trabajador de una empresa que intentaba enfilar hacia el norte junto a una enorme columna de automóviles que le seguía y quien terminó convirtiéndose en un testigo clave en la investigación en contra de Francisco Fuenzalida Calvo, empresario de Lontué, que según el Ministerio Público es realmente el autor de los disparos que acabaron con la vida del joven y no el militar como se pensó en primer lugar.

En efecto, su declaración fue vital para que la Fiscalía desestimara los cargos en contra del cabo segundo de Ejército, Juan Carlos Jesús Reyes (24), quien estuvo en prisión preventiva desde ocurridos los hechos.

De acuerdo a lo señalado por C.M.M., justo detrás de él se encontraba un conductor a bordo de una camioneta roja, doble cabina. Según lo señalado en la audiencia de este miércoles, quien la conducía era justamente el empresario, que vestía de militar e incluso lucía un casco balístico.

Sacó un brazo -probablemente el izquierdo- y disparó en varias oportunidades a través de la ventana, entre tres a cinco veces, declaró ante la Fiscalía N.G.I., otra de las personas que estuvo en el lugar, que participó del bloqueo y quien también vio al autor con las prendas señaladas.

Formalización de este miércoles | Agencia UNO
Formalización de este miércoles | Agencia UNO

El error

Pero esos no fueron los únicos tiros que se escucharon esa noche en ese mismo lugar. Momentos antes, el cabo segundo que fue formalizado en primera instancia también percutó su arma, primero con una bala de salva y luego -aparentemente- una real.

De ahí que el principal sospechoso de la muerte de Uribe Antipani fuese el uniformado. Sin embargo, el testimonio de C.M.M. detalla que cuando los militares se habían retirado del sitio del suceso, la víctima continuaba con vida.

Más esclarecedor es el relato de otro testigo, cuyas palabras fueron citadas este miércoles durante la audiencia por la Fiscalía.

“Sí puedo decir que la persona que iba en la camioneta fue la que mató al joven, porque después de sus disparos la gente empezó a gritar que habían matado a alguien”, aseguró el declarante.

Luego de los tiros, los neumáticos de la camioneta roja patinaron en el pavimento y emprendió rumbo hacia el norte, abriendo paso al resto de los vehículos que aún esperaban poder avanzar.

Agencia UNO
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Noche manchada con sangre

El empresario de Lontué -que fundó una compañía que se dedica a los movimientos de tierra- no tuvo una noche tranquila ese lunes. Al menos así lo apuntan los cargos que pesan contra él y que se ventilaron antes de que se conociera de su vínculo con la muerte de Uribe Antipani.

Según se conoció en su primera formalización, el día en que ocurrieron los hechos Fuenzalida Calvo se desplazaba por diversas calles de Curicó en su camioneta Toyota Hilux roja. Portaba un pistola CZ modelo 85, calibre 9 milímetros. El arma iba acompañada de dos cargadores con un total de diez municiones.

Al llegar a la intersección de la Avenida Manso de Velasco con calles Merced y Estado, -asegura la Fiscalía- sin causa ni motivo justificado, disparó en varias oportunidades directamente en contra de un grupo de personas que se encontraba en el lugar.

¿El resultado? R.A.S.O. resultó herido en su antebrazo izquierdo, con entrada y salida de proyectil, lo que le causó una fractura y traumatismo en músculos esqueléticos, lesión de mediana gravedad de acuerdo al certificado de atención de urgencia del Hospital de Curicó.

Una suerte similar corrió N.F.E.R. quien sufrió la fractura de su fémur, de carácter grave; mientras que M.A.Y.S. padeció un trauma torácico no penetrante.

Funeral de José Miguel Uribe | Agencia UNO
Funeral de José Miguel Uribe | Agencia UNO

Lo que Fiscalía no sabía entonces (pues suponía que había retornado de manera inmediata a su casa) es que el empresario minutos después se habría dirigido por la Alameda hasta la Ruta 5 Sur, para disparar en contra de otro grupo de manifestantes, en el que se encontraba Uribe Antipani.

Días más tarde, peritajes del Laboratorio de Criminalística de la PDI determinaron en un 100% de probabilidad que las balas que hirieron a R.A.S.O., M.A.Y.S. y N.F.E.R. salieron de la misma arma que dañó el automóvil de servicio de C.M.M.

Puesto en simple, la misma pistola 9 milímetros abrió fuego en la Alameda y la Ruta 5 Sur esa misma noche.

Funeral de José Miguel Uribe | Agencia UNO
Funeral de José Miguel Uribe | Agencia UNO

Amenazas y traslado a Parral

Tras ser formalizado el 23 de octubre, Fuenzalida Calvo fue dejado en prisión preventiva. La medida cautelar debía ser cumplida en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Curicó, pero al igual que durante todo su caso hubo un vuelco.

Transcurridos sólo cuatro días desde su detención, debió ser trasladado hasta el CCP de Parral, comuna de la región del Maule ubicada a unos 150 kilómetros de donde ocurrieron los hechos.

Resulta que Fuenzalida Calvo durante su corta estadía en la cárcel curicana sufrió amenazas y un intento de agresión con agua hirviendo, según denunció.

“En esta unidad he recibido reiteradas groserías y amenazas de muerte e insultos de desprecios, tanto como intentos de ataque contra mi integridad, como intento de lanzarme agua caliente contra mi cuerpo”, se lee en la solicitud que el mismo llenó el 25 de octubre con su puño y letra.

asesinato

La petición fue tramitada y aceptada, llevando al imputado hasta Parral.

Este miércoles se le formalizó por el homicidio de José Miguel Uribe Antipani, daños y porte ilegal de arma de fuego. Nuevamente quedó en prisión preventiva.

El cabo segundo Juan Carlos Jesús Reyes pudo salir en libertad.

Ahora las críticas recaen sobre el Ministerio Público por la imputación de un homicidio, que -de acuerdo a los últimos antecedentes- no cometió y por el que estuvo preso.

Este artículo describe un proceso judicial en curso
Existe la posibilidad de que los cargos sean desestimados al finalizar la investigación, por lo cual NO se debe considerar al o los imputados como culpables hasta que la Justicia dicte sentencia en su contra.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)