Periodista científica y colaboradora de Magazine en BioBioChile
Jueves 06 febrero de 2025 | Publicado a las 16:21
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Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo. Herramienta desarrollada por BioBioChile
El Mar Aral, que fue el cuarto lago salado más grande del mundo en Asia Central, ha sucumbido a la desecación y se ha transformado en el desierto de Aralkum, generando una crisis medioambiental en la región. La mala gestión de los recursos hídricos en la década de los 60, impulsada por la Unión Soviética para fomentar la producción de algodón, provocó la desviación de los ríos Syr Darya y Amu Darya, dejando al Mar Aral, eventualmente, sin agua.
Al menos hasta los años 60, el Mar Aral, que se encuentra en Asia Central, fue el cuarto lago salado más grande de todo el planeta, tenía una superficie de 68.000 kilómetros cuadrados y allí habitaban diversas especies. Ahora, es un desierto sin vida.
¿Has oído hablar del desierto más joven del mundo? Precisamente antes fue el Mar Aral, pero ahora se llama Desierto de Aralkum y, de hecho, está causando problemas.
Un informe reciente de la Agencia Anadolu (AA), citado por el Caspian Post en el marco del Día de los Humedales que se conmemoró el 2 de febrero, explica que la tierra salada que dejó este lago, posiblemente está derritiendo glaciares y acentuado una crisis en Asia Central.
La pérdida del Mar Aral ha afectado a casi 3 millones de personas que viven cerca de la cuenca, tanto en sus medios de sustento, como la agricultura y pesca, así como amenazando su salud.
La desecación en cuestión, que es bastante reciente, provocó la erosión del suelo y en consecuencia la contaminación del aire. Ahora se producen tormentas de arena en esta zona, que movilizan unos 100 millones de toneladas anualmente de polvo cargado de sal.
Estas partículas de polvo incluso se han arrastrado hasta la Cordillera del Pamir, en Tayikistán, donde están acelerando el derretimiento de los glaciares. Asimismo, ha salinizado tierras agrícolas cercanas, obstruyendo los cultivos.
¿Qué pasó con el Mar Aral?
Se trataría de un ejemplo visto en tiempo real de lo que puede pasar ante la mala gestión de las aguas, que fue precisamente la razón por la que este enorme cuerpo se secó.
Resulta que en la década de los 60, la Unión Soviética convirtió la región en un centro de producción de algodón, para lo que tuvieron que desviar aguas de los ríos Syr Darya y Amu Darya que abastecían al Mar Aral.
Fue cuestión de décadas para que se quedara sin agua. La NASA hizo seguimiento a través de imágenes satelitales y entre el 2000 al 2018 el lago empezó a dividirse; al 2023 quedaba solo un 10% de él, lo que sería el Mar Aral del Norte. A su lado, se extienden ahora 62.000 kilómetros cuadrados de desierto.
“A medida que el mar de Aral se fue secando, la pesca y las comunidades que dependían de ella se desmoronaron. El agua, cada vez más salada, se contaminó con fertilizantes y pesticidas. El polvo que se levantaba del lecho del lago, contaminado con productos químicos agrícolas, se convirtió en un peligro para la salud pública”, describe la agencia espacial.
Así se ve ahora el Mar Aral | NASA
“El polvo salado se depositó en los campos, degradando el suelo. Las tierras de cultivo tuvieron que ser lavadas con volúmenes cada vez mayores de agua del río. La pérdida de la influencia moderadora de una masa de agua tan grande hizo que los inviernos fueran más fríos y los veranos más calurosos y secos“, añaden.
Para salvar parte del lago, en 2005 Kazajstán construyó una presa que ha logrado mantener al Mar Aral del Norte y recuperar la pesca en esa zona, pero el resto se hizo polvo.
Para la biodiversidad fue mucho peor, en el Mar Aral había más de 300 especies de plantas, 319 especies de aves y 70 de animales, pero más de la mitad han desaparecido o migrado.
Según el Caspian Post, las consecuencias han causado pérdidas anuales de hasta 100 millones de dólares en los gobiernos de la región, que ahora intentan mitigar la situación, reforestando la cuenca para estabilizar el terreno y evitar más levantamiento de polvo.
Esta crisis es considerada uno de los desastres ecológicos más grandes del mundo.