Una colaboración entre el Servicio Nacional de Aduanas y la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), está trabajando en una tecnología para degradar los cigarros decomisados en lugar de incinerarlos, abaratando costos de gestión de estos residuos para el Estado y buscando convertirlos en subproductos de origen vegetal.
De acuerdo con la USM, en Chile, el tráfico ilícito de cigarros por pasos no habilitados ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, un problema para el medio ambiente, la salud pública y la seguridad nacional, por lo que ahora se están tomando medidas desde la innovación.
La incineración, de hecho, recientemente fue prohibida por el impacto ambiental que causa, razón por la que el Departamento de Estudios del Servicio Nacional de Aduanas se puso manos a la obra.
¿Qué hacer con el gran volumen de cigarros decomisados?
Ahora, expertos en agrobiotecnología del Departamento de Química y el Centro de Biotecnología Dr. Daniel Alkalay Lowitt (CB-Dal), de la USM, están desarrollando tecnología para tratar estos residuos tabacaleros.
El objetivo, explica la Dra. Marcela Carvajal, investigadora USM, es convertirlos en subproductos de origen vegetal con diversas utilidades industriales, “mediante un proceso similar al compostaje agrícola, que corresponde a un proceso biológico aeróbico, controlado y exotérmico, eliminando así la necesidad de incineración o pago para la gestión de almacenamiento”.
“Esta solución innovadora es una alternativa ambientalmente segura y legal para la destrucción de productos ilícitos de esta naturaleza en Chile y otros países“, apunta.
El equipo de la Dra. Carvajal trabajará con muestras de cigarros para determinar cuáles son las cepas microbianas que permitirán degradar estos residuos en específico, así como formular el bioproducto, ya sea en formato líquido o en polvo, y luego realizar pruebas para pre validar el prototipo.
Los expertos de la USM, ya tienen experiencia con tecnología como esta, desarrollando prometedores procesos para biodegradar textiles. “Hemos caracterizado numerosas cepas microbianas capaces de degradar celulosa en un tiempo récord, menos de dos meses, considerando que los textiles de algodón se degradan de manera natural aproximadamente en 1 año”, explica Carvajal.
“Es posible proyectar el uso de estas cepas microbianas con capacidad de degradación de celulosa, a un prototipo para la degradación de cigarrillos, cuya composición se basa, principalmente, en celulosa y otros materiales vegetales”, añade.
Además, esperan que los resultados de este trabajo enfocado en la gestión del tráfico ilícito de cigarros se puedan aplicar después en otras áreas, como la agrícola, por ejemplo.
“Una proyección muy importante de este proyecto es la producción de compost de calidad apto para uso agrícola, generando un valor agregado a los residuos degradados”, concluye la experta.