Dos cóndores son puestas en libertad en Bolivia tras masiva matanza de aves

Créditos: EFE
Por Emilio Lara
La información es de Agencia EFE

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Miércoles 24 febrero de 2021 | Publicado a las 10:19

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Dos hembras de cóndor rescatadas en una comunidad rural boliviana fueron devueltas el martes a su hábitat natural tras completar un proceso de rehabilitación en el bioparque municipal de La Paz, mientras que en el sur del país avanza la investigación por la muerte de una treintena de esas aves por envenenamiento, denunciada el 7 de febrero.

Las aves, bautizadas como Choquekota y Retamani, fueron puestas en libertad en un cerro cercano a la comunidad rural de Choquekota, en el municipio sureño de Palca, en La Paz.

La liberación estuvo encabezada por el viceministro de Medio Ambiente, Magin Herrera; la directora de Empresas y Entidades de la alcaldía paceña, Verónica Rojas; funcionarios del gobierno nacional y de los municipios de La Paz y Palca, además de autoridades indígenas de estas comunidades.

“El cóndor es un símbolo que nos representa a todos los bolivianos, está en nuestro escudo. Así que muy contentos porque las dos cóndores han levantado vuelo”, destacó el viceministro Herrera.

Tras la liberación de las aves los indígenas ofrecieron un apthapi, o comida comunitaria, para compartir entre los asistentes.

El rescate

Choquekota fue hallada el 2 de febrero en la comunidad homónima por campesinos del lugar que la vieron caer desde un cerro, según explicó a EFE la directora del Bioparque Vesty Pakos de La Paz, Grace Ledezma, cuya institución se encargó de la rehabilitación de ambas cóndores.

El ave fue llevada hasta el centro de salud de Palca y los campesinos contactaron a las autoridades nacionales, que pidieron apoyo al bioparque paceño para rehabilitarla.

La segunda ave fue encontrada dos días después en una situación similar por los campesinos de la comunidad de Retamani, por lo que se la bautizó con ese nombre.

Los animales fueron llevados al bioparque municipal de La Paz donde se les realizaron evaluaciones sanitarias, físicas, nutricionales y “conductuales”, hallando que estaban débiles y con deshidratación severa, según Ledezma.

Vitaminas y una dieta apropiada fueron parte del tratamiento que recibieron y que les permitió ganar peso y recuperar su salud, indicó.

Las aves permanecieron en “cuarentena” en espacios ambientados con elementos naturales para evitar el contacto con humanos y “que sigan presentando los comportamientos silvestres propios de la especie”.

Luego de tres semanas, Choquekota y Retamani estaban más activas y rehuían a la presencia humana, lo que mostró “que ya estaban listas para retornar a la naturaleza”, agregó Ledezma.

Antes de liberarlas se les dotó con dispositivos GPS para hacerles seguimiento, explicó por su parte Herrera, quien también destacó el compromiso de los lugareños con la conservación de la vida silvestre.

La investigación en el sur

Mientras esto ocurría en La Paz, en la región sureña de Tarija continúan las indagaciones por la muerte de 35 cóndores a principios de febrero.

El biólogo investigador de la ONG Nativa Juan de Dios Garay, integrante de la comisión encargada de determinar las circunstancias del suceso, explicó a EFE que se halló en los animales y en el terreno “un componente tóxico bastante fuerte y letal”.

Según distintos testimonios recogidos por la comisión y por las autoridades, pobladores de la zona habrían dejado como cebo un chivo envenenado.

Junto a los cóndores muertos también se hallaron otras especies rapaces como el catharte aura y el caracara plancus y unos cinco perros, entre otros animales.

El biólogo investigador explicó que, incluso, toda clase de “insectos que son atraídos por la carne, por la carroña también morían inmediatamente si probaban los fluidos de la descomposición” de los cóndores y los otros animales.

Según las conclusiones preliminares de esa comisión, pobladores de la localidad tarijeña de Laderas Norte querían proteger a sus rebaños de perros callejeros y de algunos zorros que atacaban a sus ganados caprino y ovino.

Sobre este caso ya se ha presentado una denuncia ante el Ministerio Público y desde Nativa se espera que este hecho no quede archivado y “se dé con los responsables”.

Para evitar que se presenten de nuevo este tipo de situaciones, Nativa ha propuesto que se “se cree una reserva, una zona de protección de 57.000 hectáreas”.

En la zona ya hay dos reservas, pero que son muy pequeñas para poder cuidar correctamente a “cóndores y grandes felinos”.

“La propuesta es para que a futuro se pueda extender esa área protegida a la Reserva Natural de Flora y Fauna de Tarquía”, dijo Garay.

Las investigaciones apuntan a los pobladores de ese sector que al ver a sus animales amenazados por pumas y zorros decidieron envenenarlos.

Lamentablemente el daño colateral afectó no solo a los cóndores, sino también a otros animales.

Para peor, se teme que muchos pichones de cóndor también pierdan la vida.

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