El caso del tetraplégico francés en estado vegetativo Vincent Lambert, cuyos médicos se abstuvieron este jueves de suspender los cuidados que lo mantienen vivo, volvió a poner en primer plano el debate en Francia sobre el final de la vida.

El ex enfermero psiquiátrico de 38 años padece lesiones cerebrales irreversibles causadas por un accidente de tránsito en 2008. Los parientes están divididos sobre qué decisión tomar para su ser querido.

Contra todos los pronósticos, los médicos informaron este jueves que de momento no pondrán fin a los cuidados y pidieron a la fiscalía designar a un representante legal.

Evocando rumores de planes de secuestro del paciente, los médicos solicitaron a las autoridades colocarlo bajo protección.

Desde hace dos años, los allegados se enfrentan en los tribunales y a través de los medios sobre la decisión a adoptar en el caso de su esposo, hijo o hermano.

Un grupo de respaldo a los padres, católicos totalmente opuestos a poner fin al tratamiento, se había dado cita en las inmediaciones del hospital para manifestarse.

La decisión de los médicos fue comunicada a un “consejo de familia” convocado por la doctora Daniela Simon, jefa del servicio donde se encuentra hospitalizado Vincent Lambert una semana tras el lanzamiento de un procedimiento colegiado para decidir su suerte y que quedó ahora “suspendido”.

“Las condiciones de un diálogo sereno deben ser restablecidas por completo”, exigieron en un comunicado los médicos del hospital.

En junio, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos autorizó poner fin a la hidratación y la alimentación del paciente, avalando lo afirmado por la justicia francesa, para la cual continuar la asistencia sería una “obstinación insensata”.

Según una fuente allegada al caso, los últimos exámenes clínicos confirmaron la gravedad de las lesiones cerebrales y de los problemas de deglución del paciente, que vuelven imposible toda hidratación o alimentación por vía oral.

Su esposa, Rachel, y casi todos los hermanos son partidarios de “dejar que se vaya” y ceder la eutanasia del paciente. Según ellos, Vincent Lambert nunca hubiese querido ser mantenido en vida artificialmente. Una posición confirmada por sus compañeros de trabajo, que a fines de junio presentaron 13 testimonios en ese sentido.

La Iglesia movilizada

Si los médicos decidiesen poner fin a los tratamientos, se estima que Vincent Lambert seguiría en vida durante aproximadamente una semana.

Los padres del paciente sostienen en cambio que su hijo no está en el final de la vida y adelantaron que apelarían inmediatamente la decisión ante la justicia administrativa para hacer bloquear la decisión.

El martes, los obispos de la región encabezados por el cardenal Philippe Barbarin se expresaron contra el fin de los cuidados, estimando que “el fin de la vida no le pertenece a nadie”.

Cabe destacar que en Francia, la eutanasia no es legal pero una ley de 2005 permite poner término al mantenimiento en vida a toda costa, dentro de un marco muy preciso.

Sin embargo, la ley se encuentra en proceso de revisión. La cámara de diputados adoptó en marzo la posibilidad de recurrir a “una sedación profunda y continua hasta la muerte” para ciertos enfermos incurables que así lo soliciten, pero esa disposición acaba de ser rechazada por el Senado, controlado por la oposición de derecha.

La eutanasia oficialmente es ilegal en Europa, excepto en tres países (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), aunque otros autorizan o toleran una forma de asistencia en el tránsito a la muerte, especialmente Suiza, que legalizó el suicidio asistido.