Si de lugares con leyendas se trata, la Región del Bío Bío es rica en este tipo de manifestaciones. Relatos que se han transmitido de forma oral, de generación en generación y que muchas veces, a pesar de sus componentes sobrenaturales, están basados en hechos verídicos. Estos relatos, con el tiempo, se convierten en creencias populares que forman parte del patrimonio cultural de los pueblos.

A continuación te damos a conocer 6 lugares turísticos de la región del Bío Bío que, si eres de las personas a las que les gusta la historia y las leyendas, te sentirás tentado de visitar:

nuevohorcones.cl

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El Río Cruces: En el pueblo de Laraquete, en la Provincia de Arauco, se encuentra el río El Cajón, conocido como Río Cruces. Esto, porque en su lecho hay piedras de todos los tamaños, que en su centro tienen dibujada una cruz de color negro. Cuenta la leyenda que un toqui mapuche secuestró a una doncella española y que con el pasar del tiempo se enamoraron uno del otro. Sin embargo, un día le avisaron a la joven que el toqui había muerto. Ella, desesperada y llorando, salió a buscarlo a la orilla del río, donde cada una de sus lagrimas derramadas se fueron transformando en cruces sobre las piedras.

Claudia Miño

Claudia Miño

Pueblo de Rere: Esta localidad está ubicada a 21 kilómetros de Yumbel y al recorrer sus calles es imposible no sentir que el tiempo se ha detenido. Si de leyendas se trata, en Rere hay para todos los gustos. Una de las más conocidas es la de las campanas que fueron construidas en 1721 y que se cree, cuentan con un 13% de aleación de oro. Estas campanas jamás han podido ser trasladadas a otro lugar. Cuenta la leyenda que quisieron llevar las campanas a Concepción utilizando siete yuntas de bueyes (hay quienes dicen que 40), sin embargo, a poco andar no hubo forma de hacerlas avanzar. Lo asombroso de la historia es que en el momento en que se decidió devolverlas a su lugar, bastó sólo una yunta de bueyes para realizar esa tarea.

La Desembocadura: En Hualpén, en la desembocadura del río Bío Bío, había un Roble desde el que los mapuches vigilaban por si se aproximaban los españoles. Dice la leyenda que aún hoy es posible ver las siluetas de los guerreros corriendo por el lugar.

Claudia Miño

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Hacienda Patronal Zemita: Ubicada en la localidad de Ñiquén, a 25 kilómetros de San Gregorio, representa un testimonio de un pasado esplendoroso y tiene un alto valor patrimonial e histórico por considerársele el epicentro y ejemplo más representativo de la vida rural del siglo XVI en adelante. En este lugar, se realizaba la tradicional trilla a yegua, el trigo se acumulaba en la era y como en el verano hay escaso viento en el día, se esperaba el viento que podía producirse en la noche para levantar el cereal.

Dice la leyenda, que siempre permanecía un hombre de guardia para realizar esta tarea y que era habitual que se quedaran dormidos y al despertar vieran al Diablo, que vestido de negro formaba remolinos en la noche cerca del trigo. Juan Flores Piridongo, antiguo inquilino de la hacienda, citado en el libro Zemita Virgüin, confirma este hecho y relata que cierta noche mientras estaba de guardia se quedó dormido y despertó con un ruido intenso y extraño. Vio entonces, a un hombre vestido de negro que, sin haber viento momentos antes, comenzó a realizar su trabajo moviendo la horqueta con una rapidez tal que aventó toda la montaña de paja y trigo que se encontraba en la era. Este trabajador asegura que se trataba del Diablo.

El árbol encantado de Carampangue: Esta localidad está ubicada en la Provincia de Arauco y cuenta la leyenda que un hombre recién llegado se pasó el día cortando un árbol que parecía resistirse a ser convertido en leña. Si bien logró cortarlo, no alcanzó a trozarlo, así que dejó ese trabajo para el día siguiente. Cuando volvió encontró al árbol intacto. Decidido, volvió a derribar el árbol y lo convirtió en leña, pero se hizo de noche y la oscuridad le impidió cargar su carreta, por lo que se fue a su casa con las manos vacías. Al día siguiente, nuevamente el árbol estaba intacto sin siquiera una huella de hacha. Dicen que los espíritus protectores del pueblo mapuche lo habrían plantado una noche de luna llena y que cumplía la función de centinela que avisaba de la presencia de españoles.

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El Castillo Embrujado de Hualqui: Cuenta la leyenda que había una familia muy rica en la zona, que tenía una lujosa casona. Con el fin de aumentar sus riquezas el dueño hizo un pacto con el diablo. El acuerdo consistía en obtener grandes cantidades de dinero a cambio de un cierto número de almas, que el patrón elegiría entre la servidumbre. Todos los años el hombre cumplía con el trato. Sin embargo, llegó el momento en que se quedó sin trabajadores y el diablo le pidió que le entregara a su única hija. La leyenda no especifica qué pasó exactamente, pero la casona quedó abandonada y se dice que desde entonces, a media noche, se puede ver la silueta de la joven, vestida de novia, que se pasea por la casa.