Un llamado a la atención también de sus problemas expusieron los propietarios de locales del Mercado Central Penquista, accionistas que quedaron marginados de toda ayuda social, pese a que aseguran, vivían de esos arriendos ahora extinguidos.

Representan una totalidad de 117 personas, dueños de locales que mantenían en arriendo la estructura y en casos también los enseres interiores, que se perdieron en su gran mayoría con el gran incendio.

Por ejemplo, Daniel Pérez, quien arrendaba el espacio al negocio de mascotas pide atención para sus casos, ya que dice haber quedado tan en la calle como quienes le pagaban mes a mes.

El presidente de la Asociación Gremial de Accionistas, Ruben Pinochet, comentó la necesidad que tienen cuando en su mayoría son adultos mayores, que viven de su pensión mensual y de los arriendos hoy inexistentes.

Los afectados fueron acompañados por Jacqueline Van Rysselberghe, que solicitó un encuentro con el Intendente y el ministerio del Interior para analizar estos casos.

Otro traspié lo expondría la calificación de monumento histórico, que les impediría cualquier uso de los espacios que otrora significaban su buen pasar en el resto de sus vidas.