“Firme, activa y combatiente”, con esta arenga se define Jacqueline van Rysselberghe al ser consultada respecto de su situación actual en medio del fragor de la campaña municipal, que por primera vez en 12 años no la tiene como candidata, sino como jefa de campaña de Emilio Armstrong.

Su regreso a la política luego de un retiro obligado, tras los duros cuestionamientos a su rol en la Intendencia, fue golpeando la mesa pues anunció que no sería otra vez candidata a alcaldesa, sino a una carrera senatorial, justo el día de las primarias de la Democracia Cristiana en Concepción, intuyendo en aquél entonces que de entre esos contendores saldría quien buscaría poner fin a 3 periodos sucesivos de triunfos electorales.

Luego de esto comenzó una verdadera danza de nombres a sucederla en el cupo de la Alianza, partiendo por su reconocido detractor y ex presidente Regional de Renovación Nacional, Claudio Eguiluz, pasando por empresarios locales, un Director de Servicio del Gobierno, y estacionando finalmente en el arquitecto y docente Emilio Armstrong. Esto no sin previamente sortear el sinnúmero de escollos que sus compañeros de partido pusieron al profesional, buscando instalar otros nombres -a su parecer- más idóneos a aspirar el cargo.

La decisión pareció extraña, pues Armstrong era un completo desconocido en la arena política. Para un cercano que conoció a la “Coca” desde sus primeros pasos, la única explicación para ungir a un candidato de estas características es que ella vio en él atributos potenciales que lo volverían un buen dirigente, tal como en su momento alguien confió en ella y la inscribió de cara a las elecciones de 1991, sintiéndose representada en el joven arquitecto.

Uno de los más entendidos en el tema es Euskal Herrera, pues aprovechando la contigencia realizó su tesis de título para la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad del Desarrollo estudiando las últimas elecciones penquistas. Señala que la ex Edil formó un liderazgo situacional planteado por el estudioso Idalberto Chiavenato, quien expresa que estas figuras públicas toman su dirección estratégica según las contingencias, adaptándose a ellas y moldeándose cualquier situación para volverla a su favor.

Así ante el escenario electoral penquista donde su candidato adolece de falta de experiencia, ella ha tratado de superarlo trayendo a colación el discurso de sangre nueva, “forzando la situación para que juegue a su favor y respalde su jugada política”.

Es más, siguiendo esta lógica, Herrera considera que si la Alianza llega a perder la Municipalidad, ella podría tomar una oposición muy dura contra la nueva administración, aprovechando nuevamente la tribuna que ostenta localmente. No obstante, el golpe sería profundo pues marcaría su primera gran derrota, dejando fuera lo ocurrido en el antiguo régimen de elección de alcaldes, donde pese a perder ocupó un puesto como concejal.

Mientras que la especialista en marketing político y directora de la tesis de Herrera, Paulina Pinchart, profundiza esto señalando que “si Armstrong pierde ella va a quedar como víctima, pero si gana será la guinda de la torta”.

Siguiendo con ello expresó que “el ser su madrina es lo más positivo, pero a la vez lo más negativo, pues esto viene como paquete completo” en alusión a la fuerte vinculación de imagen que desplegó durante la campaña.

No obstante dijo que el escenario en esta pasada dista considerablemente del que la tuvo con grandes mayorías reelecta en 2 oportunidades, pues hoy “Santa Jacqueline ya no es tan santa”, ello porque luego de su paso por la Intendencia “habría quedado en evidencia que le mintió al Gobierno o a su cuestionada red de territoriales”.

Esto la convirtió en un personaje político que también tiene flancos, cosa aparentemente inexistente mientras estaba en el municipio penquista, donde “después de su salida de la Intendencia, hay más gente que le cobra de la que la está aplaudiendo”.

Además Pinchart destaca que Van Rysselberghe siempre ha sido muy hábil en echar mano a sus estudios de psiquiatría, expresando que “ella sabe usar la mente de la gente a su favor”, lo que reafirma contrapreguntando ¿qué situación conflictiva ha enfrentado en la que haya salido mal parada?

Finalmente expresó que su técnica se está comenzando a agotar y la máquina ha sido duramente golpeada por los los hechos de los últimos 2 años, lo que no obstaculizó que protagonizara una campaña a su gusto.

“(En Concepción) los dos candidatos de las grandes coaliciones por si mismos no tienen un peso específico”, mientras que son sus padrinos los que ocupan ese espacio, aseveró.