Los brasileños Ronaldinho, Romario y Bebeto, los argentinos Lionel Messi y Carlos Tevez, el chileno Iván Zamorano o el camerunés Samuel Eto’o son sólo algunos de los cracks del fútbol mundial que han dejado marcado a fuego su paso por el torneo olímpico de fútbol antes de Londres-2012.

La cita londinense es una excelente oportunidad para destapar nuevas estrellas para la galaxia del balompié.

“En los Juegos Olímpicos veremos a las estrellas del mañana”, afirmó con mucho tino el ex goleador inglés Gary Lineker durante la ceremonia del sorteo de los grupos del torneo de fútbol olímpico, a finales de abril en Wembley.

Lineker hablaba por su extensa experiencia y también apoyándose en datos históricos de una larga lista de cracks que han decorado las planillas olímpicas.

En Pekín-2008, el gran imán en el ‘Nido de Pájaro’ fue sin dudas el barcelonista Lionel Messi, quien con su magia ayudó a la albiceleste a colgarse su segundo oro consecutivo junto a Javier Mascherano, Juan Román Riquelme y el madridista Ángel di María, autor del gol en la final ante la Nigeria de Victor Obinna.

Aunque el rival a vencer para la albiceleste fue el Brasil dirigido por Dunga, olímpico en Los Angeles-1984. Ni Ronaldinho, Diego y compañía pudieron con la Pulga atómica.

Los italianos Guiseppe Rossi, Bota de Oro, y el volante Sebastián Giovinco fueron otras figuras destacadas.

Cuatro años antes, en Atenas, Argentina ganaba su primer oro de la historia de la mano de Carlos Tévez, Bota y Balón de oro. Carlitos anotó el único tanto en la final, en que se destacó Andrés D’Alessandro, frente al Paraguay de Roque Santa Cruz.

El torneo contó con la presencia del ‘golden boy’ Cristiano Ronaldo, que no pudo ayudar mucho a su Portugal, con Raul Meireles y Bosingwa, a avanzar lejos.

En Sídney-2000, Camerún se llevó el oro gracias a la decisiva participación del atacante Samuel Eto’o, en su primera gran presentación internacional, antes de sobresalir en el Barcelona e Inter de Milán, con los que más tarde fue campeón europeo.

Enfrente estuvo la Rojita, esa base que explotó en Sudáfrica-2010 con el título mundial de la mano de Xavi y Carles Puyol.

Chile fue bronce gracias a la inconmensurable ayuda de ‘Bam Bam’ Zamorano. Aunque en el certamen llamaron la atención otros futuros campeones mundiales: el joven Ronaldinho y el central Lucio, campeones mundiales con Brasil en 2002, así como los volantes italianos Ganaro Gattuso y Andrea Pirlo, campeones en Alemania-2006.

Los checos pusieron a un arquerito de lujo, Peter Cech, y un volante ofensivo apodado el ‘Maradona de Ostrava’, Milan Baros. El estadounidense Landon Donovan y el sudafricano Benni Mcarthy fueron joyas a seguir por los ojeadores.

Atlanta-1996 vio la consagración de la generación dorada de Nigeria, liderada por el hábil Kanú, que relegó a la plata a la Argentina del Piojo López, Hernán Crespo, Pupi Zanetti y Roberto Ayala, y al bronce al Brasil de Mario Zagallo, que contó con un plantel de lujo entre los que sobresalían el meta Dida, el lateral Roberto Carlos y los atacantes Bebeto, Ronaldo y Savio.

México tuvo la inclusión del estelar guardameta Jorge Campos, aunque lo llamativo fue que actuó como centrodelantero, asistido por Luis García.

Italia presentó en sociedad al muro Fabio Cannavaro y el portero Gigi Buffon, mientras que Francia a los volantes centrales Patrick Vieira y Claude Makelele, en tanto que España hizo lo propio con el genial Raúl, luego máximo goleador de la historia de España.

Cuatro años antes, España en Barcelona-1992 se hizo con el oro. Pep Guardiola era el timonel en el centro del campo y Santi Cañizares ordenaba desde el arco. Esos Juegos marcaron a Colombia, que pusieron los andamiajes de una generación genial, con Jorge Bermúdez, Tino Asprila e Iván Valenciano.

En Seúl-1988, Brasil, con Careca y Taffarel, sufrió con la derrota en la final a manos de la Unión Soviética de Igor Dobrovolskyi, aunque años más tarde disfrutaría del ataque de ensueño que formó en tierra surcoreana: Romario-Bebeto, luego campeones mundiales en EEUU-1994.

Fue un torneo con delanteros de otra galaxia: Jurgen Klinsmann defendió los colores germanos y Davor Suker los de la exYugoslavia.