Con lesiones en su cabeza, espalda y piernas quedó el menor que fue alcanzado por un pesado trozo de la marquesina de un céntrico edificio en Concepión.

Mientras el niño se recupera satisfactoriamente, en la administración del edificio aseguran que tienen sus mantenciones al día y que la fatiga del material fue un hecho absolutamente fortuito.

Es el relato en primera persona de Claudio Hermosilla, quien este lunes caminaba con su hijo por calle O’Higgins, cuando de pronto se desprendió un trozo enorme del cielo de la marquesina en la esquina con Colo Colo que golpeó al niño.

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Claudio no entendía qué había pasado, ese día todo se había dado en una sucesión de hechos que los colocó justo en el lugar equivocado. Por el Día del Profesor, el pequeño Maximiliano había salido más temprano, por lo que se fueron a almorzar juntos, luego al cine a ver una película y se dirigían a una caja de compensación a realizar un trámite.

Tras el accidente, el niño fue trasladado al Hospital Regional, siendo posteriormente derivado a su casa para continuar con la recuperación. Su papá lo ve hoy como una “salvada providencial”, aunque el menor quedó con heridas leves múltiples.

En conversación con Radio Bío Bío, el arquitecto Nelson Poblete, asesor del Edificio Mutual de la Armada -hoy de propiedad privada-, indicó que en 15 años vinculado a ellos jamás había ocurrido algo así.“Es un edificio que se comenzó a construir el año ’48 y se recepcionó el ’64”, indicó el profesional.

Poblete manifestó que no habían tenido antes desprendimientos o fisuras que hubieran advertido que algo así podía pasar, por lo que insiste en que fue fortuito, más aún cuando la administradora, Millaray Riquelme, es enfática en que la mantención se ha realizado.

La familia de Maximiliano espera que pasen estos días y no descartan evaluar acciones legales por lo ocurrido; mientras, desde la administración deben ahora solicitar al municipio los permisos correspondientes para -a la brevedad- desprender lo que pueda haber quedado suelto, además de chequear estructuralmente esa marquesina, para que esta situación no se repita y con consecuencias peores.