No es un secreto que los profesores en Chile tiene sueldos bajos comparados a otras profesiones, pero ése no es el único problema laboral que deben enfrentar: además de ganar poco, tienen que trabajar muchas horas extra sin remuneración.

Éstas son las llamadas horas no lectivas, las cuales los docentes no ocupan en hacer clases en los salones, sino que las destinan a preparar dichas clases, corregir pruebas, reuniones de carácter académico u otras actividades similares.

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¿Y cuántas horas no lectivas deben trabajar? Actualmente, los profesores chilenos que tienen un contrato de 37 horas semanales, destinan 29 de ésas a hacer clases, y las restantes 8 son no lectivas… Eso sólo contando el tiempo que les es remunerado.

Además de ello, en promedio estos profesionales trabajan 11 horas no lectivas adicionales, las cuales no les son pagadas. Todas estas cifras fueron obtenidas por una investigación del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica y Elige Educar, informada por El Mercurio.

Uno de los principales puntos que pretende solucionar la polémica Carrera Docente es justamente aumentar las horas no lectivas remuneradas. Junto con ello la ley, promulgada en marzo pasado, buscará aumentar los sueldos en general.

De esta forma, desde 2017 los profesores tendrán 5% más de horas no lectivas remuneradas, comparadas a la cantidad hoy les pagan, por lo que cada semana podrán destinar el 70% de sus jornadas laborales a las clases, y 30% a otras actividades.

En tanto, para 2019 las horas no lectivas subirán al 35% del total de tiempo cada semana.

¿Por qué son tan importantes las horas no lectivas?

Como ya mencionamos, los docentes ocupan las horas no lectivas en realizar una parte importante de su trabajo, que va desde preparar las clases hasta corregir las pruebas.

De hecho, el estudio citado anteriormente reveló que si los profesores tuvieran más horas no lectivas, al 86% les gustaría ocuparlas en preparar sus clases, y el 80% las usaría para planificar las unidades a estudiar.

O sea, si se aumentaran, los estudiantes se verían directamente beneficiados, ya que los docentes tendrían más tiempo -remunerado- para poder preparar los contenidos.

Al respecto, Ignacio Irarrázaval, director del centro UC, indicó que con el aumento de horas no lectivas, los directores podrían pedirle a los maestros un mayor valor agregado a los procesos de aprendizaje, y decir “ahora que ustedes tienen más tiempo, ya no nos basta con la prueba tradicional”.

“Puede que los profesores hagan buena parte del trabajo más profundo, relacionado con la preparación de clases, en sus casas, porque puede que la sala de profesores no tenga el aislamiento y tranquilidad para desarrollar eso”, añadió.