Gabriela García, viuda del excomandante en jefe de la Fuerza Aérea Gustavo Leigh, publicó un libro testimonial que aborda las vivencias y pensamientos del fallecido oficial, desde el Golpe de Estado y su relación con el general Augusto Pinochet.

Se trata de “Leigh, el general republicano”, un libro que transcribe distintos archivos de audio que el excomandante registró en reuniones durante la Junta Militar a partir del 11 de septiembre de 1973 hasta su destitución en 1978.

Sitio oficial Gustavo Leigh
Sitio oficial Gustavo Leigh

Después de 40 años, los registros fueron recopilados por su esposa, quien redactó el libro para narrar “la versión jamás contada” de la dictadura.

Por un año, García se dedicó a reunir los archivos que sostienen testimonios antiguos de Leigh, además de otros generales y sus diferencias de opinión con Pinochet.

La autora espera que, con la publicación del libro, la historia sea más justa para evaluar cómo ocurrieron los hechos.

Respecto de si fue correcto grabar conversaciones de otras personas, de forma oculta, la esposa de Leigh dijo estar de acuerdo con que no corresponde, pero aseguró que fue una situación que lo ameritaba.

“Claro, no es correcto grabar conversaciones ajenas. Estoy de acuerdo con eso. Pero es que él (Leigh) ya estaba desesperado al interior de la Junta y no quería asumir en el futuro la responsabilidad que significan todas las violaciones a los derechos humanos; que tampoco él supo desde el principio”, dijo García a diario El Mercurio.

Debían ser publicados “aunque fueran privados, porque lo que se necesita, por lo menos para él, es que su memoria quede limpia”, agregó.

Miedo a publicar

Recordemos que el excomandante prefirió no publicar las grabaciones y pensamientos para vivir tranquilo los últimos años de su vida.

Además, temía que algunos de los personajes nombrados en los archivos pudieran demandarlo en Tribunales, según aseguró en una entrevista de El Mercurio en 1999. Ese año, los archivos se los entregó a su esposa días antes de morir.

Los registros fueron realizados con una mini-grabadora oculta en un bolsillo de su uniforme, en distintas reuniones privadas con Pinochet.