“El día que me traigan una prueba voy a hablar”, dijo esta mañana el Papa Francisco refiriéndose a las acusaciones que pesan en contra del obispo de Osorno Juan Barros.

Barros es sindicado por las propias víctimas de Fernando Karadima como su encubridor y cómplice.

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Por lo anterior, la destacada presencia que el religioso ha tenido en las actividades de la visita papal ha generado una ola de críticas que apuntan a un mensaje contradictorio desde la Iglesia Católica: por un lado admite vergüenza y pide perdón a quienes han sufrido abusos de parte de la curia, por otro avala y destaca la imagen de uno de los acusados.

“No hay una sola prueba, todo es calumnia”, añadió el Papa respecto al caso de Barros, lo que concuerda con la versión del propio obispo de Osorno, quien asegura contar con el apoyo del líder de la Iglesia Católica.

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Tras las palabras de Francisco, James Hamilton, uno de los denunciantes de Fernando Karadima respondió a la solicitud de pruebas a través de su cuenta de Twitter. “Los obispos y su líder”, es el texto que acompaña a una fotografía donde puede verse a cuatro religiosos en compañía de la figura del expárroco de El Bosque.

Además de Karadima, los protagonistas de la imagen son: Juan Barros; Tomislav Koljatic, obispo de Linares; Horacio Valenzuela, obispo de Talca, y Andrés Artiaga, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago, quien renunció a su cargo de canciller en la PUC, tras la denuncia de Hamilton

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La imagen no prueba las acusaciones contra Barros, pero puede establecer la relación de confianza y cercanía entre el obispo y Karadima que los denunciantes han señalado reiteradas veces, con la intención de argumentar la complicidad y encubrimiento del círculo cercano al otrora párroco.

Juan Carlos Cruz, otro de los denunciantes, ya había reaccionado a los dichos de Francisco respondiendo que era imposible “sacarse una selfie o foto mientras Karadima me abusaba a mí u otros con Juan Barros parado al lado viéndolo todo”.