La agencia digital MediaInteractive junto a la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile realizaron un estudio para conocer el impacto que tienen los nuevos tipos de publicidad en nuestro país. Se realizó entre el 10 y el 30 de noviembre de 2016 a 685 personas con acceso a internet.

Las cinco prácticas que prohibirían los chilenos si pudieran legislar son: un 75,4%,los llamados de promoción o venta de servicios al celular personal; un 54,2%, las ventanas emergentes en páginas web; un 50,1% las interrupciones en los videos online; un 45,7% la entrega de panfletos en la calle y, con un 37,7%, los carteles en la vía pública.

Uno de los investigadores, Daniel Halpern, observó que hay dos tipos de visión de esto: “Hay quien castiga la publicidad más invasiva o que interrumpe las actividades regulares como son las llamadas telefónicas y, hay quien, por otro lado, ve los carteles en la vía pública como contaminación visual”.

Las reacciones más comunes antes los diferentes formas publicitarias, según el estudio, fueron: el 91,5% salta los videos automáticos de publicidad antes que terminen y un 78,9% elimina correos electrónicos con publicidad sin siquiera abrirlos o los envía a spam.

Otro 68,3% no contesta o corta la llamada cuando ve que el número telefónico es publicitario, un 65,7% elimina los mensajes de texto con publicidad sin siquiera leerlos y un 60,3% hace otras cosas mientras espera que termine la publicidad para no exponerse al contenido que entrega.

Por otra parte, los creadores del análisis destacaron que “es interesante ver que un 48,5% instala constantemente adblockers (bloqueadores publicitarios) para evitar exponerse a anuncios online, mientras que un 45,6% desinstala de forma constante aplicaciones en sus teléfonos por la cantidad de publicidad que aparece”.

Una de las reflexiones que arrojan los datos reunidos es que, “la publicidad puede llegar a causar desagrado y rechazo. No es algo que las personas buscan activamente, la publicidad encuentra a las personas. Ellas, en cambio, sí buscan soluciones, información, emociones, y conexiones sociales”.

En relación a las diferencias generacionales en las preferencias publicitarias, el estudio mostró que los usuarios millenials (22 a 34 años) han instalado casi el doble de adblockers que los mayores de 51 años o baby boomers y el 69,3% de la generación Z (18 a 21años) hace otras cosas mientras espera que termine la publicidad para no exponerse al contenido que entrega.

Estas diferencias dan cuenta de uno de los aspectos centrales de los millenials y la Generación Z, que los más jóvenes se enfocan en la inmediatez y satisfacción inmediata, y no están dispuestos a “perder tiempo” por esperar algo que no es necesariamente de su agrado en el mundo online.