Natalia Compagnon, nuera de la presidenta Michelle Bachelet y una de las principales involucradas en el denominado caso Caval, conversó con el diaro La Tercera. Junto con repasar como ha cambiado su vida después de 14 meses de darse a conocer el caso, aseguró “que la gente comente cosas de ti cuando no te conocen, es súper abrumador” y afirmó, hoy están endeudados “como todos los chilenos”.

Junto con ello, contó sentirse perjudicada con todo el revuelo que tomó Caval en el acontecer público. “Durante un año, el lineamiento de mi defensa lo manejaron Felipe Polanco y Jessica Norambuena, y hoy me siento perjudicada”, esto, ya que –según contó Compagnon- la principal preocupación de sus abogados era que “ojalá salpicara lo menos posible al Gobierno”.

Aseguró que desde que se dio a conocer el caso, no sale a la calle. Que la han seguido incluso hasta el colegio de sus hijos y por este motivo comenzó a aislarse del mundo. “No voy al supermercado, no voy al mall, no salgo a restoranes, no puedo ir a un parque tranquila con los niños. Nosotros somos súper amigos de nuestros amigos. Somos un lote súper cerrado hace muchos años y de repente no poder salir porque te vas a encontrar con más gente y sólo salir a ambientes controlados, emocionalmente a uno le afecta”.

Incluso, reconoce que un par de veces la han agredido y ha tenido fuertes encontrones con personas en la calle, algo que la tiene bastante afectada. “La primera vez que declaré ante la fiscalía me pegaron, ese fue el primer contacto con gente enojada, molesta. Todas las personas creen y se sienten con el derecho de decir lo que se les ocurra. Una vez andaba con mi hijo chico y una señora me gritó: “¡Cara de raja!”. Entonces, además te das cuenta de que hay gente cobarde”.

Eso sí, reconoce que sus acciones no fueron del todo correctas y por eso se gatilló el rencor de la gente, pero, “siempre he estado tranquila, porque yo sé que no cometí ningún delito”. “Uno de repente dice: pucha, a lo mejor sí fui imprudente o a lo mejor no debí haberlo hecho como lo hice, pero todo eso da lo mismo, ya que tienes que matar a alguien para que la gente se calme, tiene que salir alguien condenado”.

A la vez, aseguró que la gran víctima de todo esto ha sido el hijo de la presidenta, Sebastián Dávalos, quien ha sido sindicado por la gente como el culpable de todo “y él no ha hecho nada”.

“Los que se tienen que hacer cargo son los dueños o representantes legales de la empresa (Caval) y no sus trabajadores. No en todas las empresas se apunta con el dedo a una de las personas que trabajaba ahí, como lo han hecho con Sebastián”.

Se nos cerraron todas las puertas

Compagnon asegura que los meses posteriores a darse a conocer Caval han sido complejos para su núcleo familiar, ya que hoy en día ni ella ni Dávalos cuentan con un trabajo estable. Esto, asegura, a causa de la desconfianza que se generó en las personas hacia ellos.

“Trabajo no tenemos, porque con el caso se nos cerraron todas las puertas. Ahora, nadie quiere trabajar ni conmigo ni con Sebastián. Estamos viviendo de ahorros, de liquidar algunas cosas que teníamos y de endeudarnos. Estamos pasando el mismo momento que está pasando un gran porcentaje de la población, porque la situación económica está mala”.

A la vez, aseguró que no han recibido ayuda económica por parte de la presidenta y que la gran esperanza de ellos es “que el caso se acabe lo antes posible para poder rearmarnos”.

Situación familiar

Respecto al supuesto quiebre que existiría al interior de la familia Bachelet, Compagnon lo desmintió categóricamente. “Somos una familia. Ella es mi suegra, la mamá de mi marido, la abuela de mis niños, y lo que pase fuera de la puerta de la casa es otra cosa, pero para nosotros lo primordial es la familia. Siempre hemos sabido separar los roles”.

“Han inventado muchas cosas. Han inventado que estábamos separados con Sebastián, han inventado que yo era la nuera mala que no la dejaba ver a los niños, cosa que no es cierta, porque ella siempre los ha podido ver; han inventado que hay un quiebre de ella con su hijo, y nada de eso es cierto”.

A la vez, afirmó que hasta el día de hoy, jamás han hablado sobre el caso Caval con Michelle Bachelet “pero sé que en algún momento es algo que vamos a tener que conversar”.

Junto a ello, aseguró que hoy en día no mantiene ningún tipo de relación con quien fuera su socio en Caval, Mauricio Valero. “Le abrí las puertas de mi casa, a pesar de que con mis amigos somos un grupo muy cerrado, pero él dijo que ya no era mi amigo. La relación está quebrada. Se quebró por desconfianza, se quebró porque de repente te empiezas a enterar de otras cosas, porque hubo malos manejos de las situaciones, por malas interpretaciones, cosas que al final del día van matando las relaciones”.

“Pero él era mi amigo y por considerarlo mi amigo confié en él. El tema es que después, con el pasar del tiempo, te das cuenta de que la mayoría de las personas que están siendo cuestionadas hoy día llegan a trabajar a Caval y a meterse en nuestros temas por Mauricio. El no hizo el filtro de la gente con la que efectivamente nos podíamos relacionar. Siempre traté de ser súper cuidadosa en eso. Pero entiendo que en algún momento mi socio no tuvo ese cuidado e involucró a gente que usó mi relación familiar para conseguir resultados personales. Yo nunca ocupé eso”.

Participación de Bachelet en Caval

En las últimas semanas, se ha hablado bastante de una presunta participación de Bachelet en el caso Caval, atribuyéndole incluso un beneficio personal de 1.000 millones de pesos. Algo que fue descartado completamente por Compagnon.

Y es que afirmó, al tener un vínculo cercano con la mandataria, “más de alguien iba a tratar de involucrarla, pero no se trata más que de mentiras”.

“A Juan Díaz lo conocí por Mauricio Valero por la compra de los terrenos en Machalí, pero sí puedo asegurar que lo que aparece en esas transcripciones telefónicas que dicen relación a mí o a mi suegra son totalmente falsas. Hoy no tengo relación con él. Me parece que está tratando de involucrar a la presidenta con mentiras en un crédito que fue obtenido lícitamente. El deberá hacerse responsable de sus palabras”.