A nueve días de la Eurocopa 2016 de fútbol, los trabajadores ferroviarios iniciaron una huelga por tiempo indefinido, complicando aún más la situación del gobierno francés, que enfrenta desde hace tres meses un fuerte movimiento social contra una reforma laboral.

La huelga, que comenzó en la noche del martes, llevó a que el miércoles sólo circulara el 60% de los trenes de alta velocidad y entre el 30% y 40% de los regionales, según cifras comunicadas por la Compañía Nacional de Ferrocarriles (SNCF).

Se trata de la octava huelga desde inicios de marzo.

En las líneas internacionales, la SNCF, operador oficial de la Eurocopa, prevé un tráfico normal en el Eurostar (Reino Unido) y Alleo (Alemania).

En cambio, circulan sólo 75% de los trenes Lyria (Suiza) y Thalys (Bélgica), 40% de Ellipsos (España) y un tercio de los SVI (Italia).

Esta huelga, por los horarios de trabajo, no está directamente relacionada con el conflicto que opone al gobierno y a los sindicatos desde hace tres meses por una reforma laboral impulsada por el gobierno socialista de François Hollande.

Ávido de sofocar este nuevo conflicto, el ejecutivo socialista está presionando para que los empleados y la dirección de la SNCF alcancen un acuerdo.

Asimismo, para evitar una explosión social en otros sectores, el gobierno anunció en la víspera una mejora de los salarios de los maestros y profesores y renunció a recortar el presupuesto de investigación.

“No retiraremos” el proyecto

Pero el gobierno está determinado a no dar marcha atrás en su reforma laboral. “No retiraremos” el proyecto, reiteró el presidente Hollande, mientras que su primer ministro Manuel Valls dijo que dar marcha atrás sería “un error político”.

El expresidente y predecesor de Hollande, Nicolas Sarkozy, jefe de Los Republicanos, denunció “el desorden” que reina en Francia y “la pérdida de autoridad” del ejecutivo, en una entrevista con el semanal Valeurs actuelles.

Para el gobierno de Hollande, que bate récords de impopularidad, esta reforma laboral facilitará la adaptación de las reglas de trabajo a la realidad de las empresas y favorecerá la lucha contra el desempleo endémico (10%).

Pero sus detractores, que convocaron una nueva jornada de manifestaciones para el 14 de junio, consideran que aumentará la precariedad en el mercado laboral, por lo que exigen su retiro.

Mientras, los sindicatos contestatarios CGT y FO, han movilizado a todos los sectores.

La huelga en las refinerías, que comenzó hace cerca de dos semanas, proseguía, aunque la industria petrolea constató una “importante mejora” en el aprovisionamiento de gasolina.

La CGT convocó una huelga en el metro y los transportes públicos parisinos a partir del jueves. Pero, según la dirección, habrá sólo ligeras perturbaciones.

En la aviación, las negociaciones entre la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) y los sindicatos no han progresado, y se convocó a una huelga para el 3,4 y 5 de junio.

Paralelamente, los pilotos de la aerolínea francesa Air France votaron el lunes a favor de una huelga en junio que podría coincidir con el inicio de la Eurocopa 2016.

El lunes, el Comité de Turismo de París y su región se alarmó ante las consecuencias de esos “acontecimientos sociales” para la imagen del país.

“Las escenas de enfrentamientos en pleno París, difundidas en el mundo entero, refuerzan el sentimiento de temor e incomprensión de los visitantes en un contexto ya tenso”, subrayó el presidente de ese comité, Frédéric Valletoux.

A su juicio, luego de un inicio de año afectado por los atentados de noviembre en París, “todavía hay tiempo para salvar la temporada turística poniendo fin a los bloqueos” antes de la Eurocopa 2016 (10 de junio-10 julio).