Para septiembre de 2017, la noticia corría como reguero de pólvora: las FARC se convertían en partido político, bajo críticas tan punzantes como una espina, entre estas, las del expresidente Alvaro Uribe Vélez, quien hasta la fecha se dedica por todos los medios e incluso en redes sociales a criticar el trato entre gobierno y exguerrilla con fines electorales para esta última.

Desde entonces la atención se centra no solo en sus filas -ahora políticas- sino además en el pulso ciudadano, el termómetro hasta para los políticos experimentados. Un tema del que hablamos con quien mejor conoce el desafío de cambiar las armas por los votos: un exmiembro de la guerrilla.

Los orígenes de las FARC se remontan a 1964 bajo la concepción que el marxismo-leninismo era su “bandera”. Por entonces se trataba de una autodefensa campesina, determinada a la resistencia.

Hoy, la rosa representa -al menos gráficamente- su interés de llegar a un electorado colombiano que disfruta de la paz en una firma que terminó de rubricarse con una tinta indeleble y dolorosa: 220 mil muertos en 52 años de conflicto armado.

Después de la guerra no necesariamente ha venido la calma. Los ojos de los colombianos y por qué no, del mundo, están puestos en el proceso inédito que incluye a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las elecciones presidenciales de mayo próximo. Su candidato es Rodrigo Londoño (Timochenko) líder de estas filas desde 2011 y un declarado admirador del fallecido expresidente venezolano, Hugo Chávez Frías.

Dos meses antes se elegirán los miembros del senado y cámara de representantes. Hasta ahí están dispuestos a llegar los exguerrilleros de las FARC como parte del paquete de acuerdos de paz, acercándose así por fin a las urnas tras varios fracasados intentos desde su creación y con los reproches de conservar sus siglas, para correr en una carrera por curules y silla presidencial pero con un matiz: ahora son Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC)

Desde que las FARC buscaron un nuevo emblema con el cual presentarse políticamente a la sociedad, el uso de la rosa ha llamado sumamente la atención a propios y extraños del conflicto que los antecede. La rosa es ahora parte su imagen, decidido porque según la exguerrilla, esta simboliza el socialismo a nivel mundial.

La consulta de las FARC incluyó una encuesta de “Timochenko” en la red social Twitter.

La espina más grande para otros políticos: la encuesta local

En vísperas de convertirse en partido político, las FARC ya obtenían un pequeño pero notorio repunte en medios colombianos y otros regionales afines a ellos, como TeleSur, en los que recogían una opinión favorable a su imagen del 12% es decir, un 2 por ciento más que el resto de partidos políticos plenamente conformados.

Cabe destacar que la encuesta se realizó en agosto pasado con una muestra de 1.200 personas en cinco ciudades: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga. Las FARC conservaban en los encuestados una imagen negativa del 84%, pero los partidos políticos la aventajan con el 87%.

Remontar ha sido posible para las FARC incluso previamente al proceso de paz en Colombia. En 2013 la Universidad de los Andes hacía su propia medición en zonas influenciadas por el conflicto armado. Allí, el 65% decía no estar de acuerdo con su participación en la política, contra un 20.4 por ciento que sí la avalaba y un 14.7 que se mostró indiferente.

La rosa y el mundo

Kevin Whitaker | El Tiempo
Kevin Whitaker | El Tiempo

El periódico El Tiempo de Colombia revelaba una reciente entrevista con el embajador de EEUU en Bogotá, Kevin Whitaker, quien aseguró que las FARC no han cumplido con los acuerdos de paz en lo que respecta al narcotráfico, por lo que seguirán en la lista de organizaciones terroristas.

Según el diplomático, la exguerrilla tiene la obligación de revelar las redes de narcotráfico con las que operaron durante décadas si es que quieren cumplir su compromiso estampado en los acuerdos.

De las declaraciones se desprende el llamado que Washington quiere replicar hacia el gobierno colombiano: que se lleven a cabo acciones contundentes contra el tráfico de drogas.

Pero Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, sabe que el proceso de paz ha ido cuesta arriba aún después de consolidado, por lo que no ha escatimado apariciones públicas de alto nivel para demostrarlo y contrarrestar declaraciones como las que obtuvo del embajador estadounidense en su propio territorio.

Prueba de ello es el más reciente encuentro que sostuvo con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en su visita por el país norteamericano. De ese encuentro a finales de octubre obtuvo palabras del líder canadiense, quien destacó su compromiso de mantener la paz en Colombia. Trudeau prometió a la vez adiestramiento de la policía canadiense hacia su similar colombiana.

Cada rosa tiene su espina: lo que el proceso electoral podría dejar a las FARC

En el centro de América, en Nicaragua, la prensa local habla de la estrategia política de las FARC obtenida con los acuerdos de paz.

El territorio nicaragüense comparte una historia afín con Colombia, con la existencia del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), una exguerrilla que tiene lo que su par colombiana busca, un exlíder combatiente en el poder como es Daniel Ortega, presidente de Nicaragua entre 1985 y 1990, y desde 2007 a la fecha.

Otros países latinoamericanos, entre estos El Salvador, tienen bien puesta su mirada hacia el sur.

Roberto Cañas | Twitter
Roberto Cañas | Twitter

BioBíoChile conversó con Roberto Cañas, excombatiente del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) la exguerrilla salvadoreña, cuyos vínculos con las FARC han sido ampliamente destacados en las noticias.

Ya lejos del FMLN por razones que ha descrito en el pasado como ideológicas, Roberto Cañas, considera que las FARC tienen un desafío por delante e inicia con conservar sus siglas de combate, aunque ahora signifiquen “Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común”.

“Eso plantea la prueba de si va a generar rechazo o va a ser aceptado solo porque rememora a las FARC guerrilleras. En el caso salvadoreño (FMLN ahora en el poder) se mantuvo el nombre, o sea que tampoco puede uno decir que de entrada eso signifique que vayan a ser rechazados”, dice, pese a que considera muy activas las “campañas anti-Farc”, entre estas la del expresidente Álvaro Uribe.

Otro de los grandes desafíos sería, a juicio de Cañas, que la seguridad que existe actualmente en Colombia les permita hacer su práctica política.

En el pasado asegura que “hubo ejemplos graves de muertos con la Union Patriótica” un partido político de izquierda conformado por grupos guerrilleros, entre ellos el Movimiento de Autodefensa Obrera (ADO), dos frentes desmovilizados (Simón Bolívar y Antonio Nariño) del Ejército de Liberación Nacional y las mismas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

La desventaja de no ser político se plantea también como un desafío, según el analista Roberto Cañas. Considera que “transitar de la montaña a una forma de lucha político-electoral legal no es como hacer café instantáneo”.

“Para ganarse la simpatía local necesitan tiempos de maduración para construir maquinaria electoral que pueda tener asentamiento territorial, mover votantes, superar rechazos, mover a la juventud y si no tienen un destacamento en toda Colombia, será una cuesta arriba”, asegura.

Cañas reconoce que las FARC cuentan con una ventaja marcada con respecto a otras guerrillas en Latinoamérica que han dejado las armas y se han convertido en institutos políticos, como el mismo FMLN de El Salvador o el FSLN de Nicaragua. Esto porque aunque deben participar de las elecciones, la exguerrilla colombiana tiene 10 curules asignados según los compromisos de los acuerdos de paz, lo cual debe ser tomado como una realidad y no como un sacrificio desprendido del pacto, como recientemente declaró el presidente colombiano, Juan Manuel Santos a la ciudadanía.

Pero insiste en que hay más desafíos para el nuevo partido FARC. La propuesta electoral debe además ser atractiva a la ciudadanía. Hasta hoy, con solo dos dos meses de vida como partido, poco o nada se conoce de su programa en materia de empleo, salud, atención hacia la mujer, la economía colombiana, u otras áreas que nada tienen que ver con la estrategia armada a la que se dedicaban antes de la paz y sus primeros coqueteos con la política.

La carta de presentación ante el mundo

Las redes de alianza y amistades políticas de las FARC a nivel internacional, según el analista y excombatiente del FMLN, Roberto Cañas, se basa también en el programa de gobierno de las FARC pero además, en acercarse a sus aliados naturales. “De lo conocido a los desconocido”, apunta, y primero a congresos de países como El Salvador, Nicaragua, Costa Rica o México, donde pueden surgir apoyos espontáneos.

“No van a ir a meterse a una casa llena de tigres”, dice. Se trata de conquistar con lo que van a hacer, porque aún no tienen una imagen política que los respalde.

Escucha la entrevista completa a Roberto Cañas:

Chile y el voto colombiano

Mientras eso sucede en la baraja política, el consulado colombiano en Santiago y otros en el resto de países con voto en el exterior, preparan desde ya su maquinaria rumbo a los comicios legislativos de marzo 2018 y las presidenciales en mayo de ese mismo año.

La Inscripción de cédulas de colombianos que residen en el exterior, sigue vigente según el portal habilitado en cada nación.

En Chile, según datos del Departamento de Extranjería y Migración (DEM) recogidos por el Diario Universidad de Chile, existen 56 mil colombianos con visas ya sea definitiva, temporal o sujeta a contrato. 6 mil de estos están habilitados para votar según consta en los registros de las elecciones presidenciales de 2014.