El informe de Juan Luis Isaza sobre Valparaíso deja en muy mal pie a los últimos gobiernos de Chile, al Municipio de Valparaíso, a la Contraloría General de la República y a la sociedad civil. Nada nuevo, pero devastador.

Leer con atención el informe debiera haber provocado una serie de declaraciones, explicaciones, pedidas de disculpas, llamados urgentes a reaccionar, ponerse colorados… lo grave es que las reacciones han sido mínimas. Vergonzosamente escasas. Como si el silencio pudiera tapar la triste y dramática realidad de Valparaíso, que Isaza tuvo el mérito de recoger y entregar en forma ordenada.

El informe refleja que, respecto a Valparaíso, no hay “norte”. Después de él, ha quedado claro que también hay falta de dignidad por parte de varios de los actores involucrados que, en vez de enfrentar en forma seria los contenidos del informe, han optado por callar, por no hacerse cargo de sus responsabilidades.

Elegimos un párrafo a modo de síntesis:

Resulta inoperante y preocupante, y altamente perjudicial para el Sitio de Patrimonio Mundial y su Zona de Amortiguamiento, la falta de articulación y coordinación entre las distintas instituciones públicas que, de acuerdo con sus competencias, estatutos y normativa, toman trascendentales decisiones de forma desinformada e inconexa; a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años por las distintas entidades públicas, la Ilustre Municipalidad de Valparaíso y la Empresa Portuaria Valparaíso cuentan con insuficientes canales de comunicación y de instancias conjuntas de planeación urbana, eficaces y eficientes, lo que provoca que tomen decisiones autónomamente, en algunos casos sin entender y asumir la ciudad como un todo. Esta situación se constituye en un factor de alto riesgo para el Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso. (pp 85)

A continuación, algunos fragmentos que permiten dimensionar lo que el informe plantea sobre algunas de las instituciones involucradas.

Estado de Chile

El Estado de Chile presenta problemas para gestionar adecuadamente su patrimonio arquitectónico y urbano debido, en gran medida, a las carencias que existen en los ámbitos de gestión urbana patrimonial y a la existencia de una normativa específica con alto grado de obsolescencia conceptual e instrumental. Además, se observa dispersión institucional, insuficiente capacidad de planificación pública y escasa visión integrada.
(pp 73)

Cabe destacar que, desde hace al menos 20 años, se le ha planteado el punto anterior a los diversos gobiernos desde diversas entidades. Las respuestas han sido escasas y con casi nulos resultados (Salvo propuestas de Ministerio de Cultura, una propuesta ampliamente rechazada de Instituto del Patrimonio y una propuesta del gobierno anterior para modificar el Consejo de Monumentos Nacionales, también fuertemente rechazada).

Valparaíso cuenta con numerosos análisis, diagnósticos, estudios y proyectos, que contienen propuestas coherentes, interesantes, sensatas y, aparentemente, viables (sic) que no se han visto reflejados en las actuaciones de los diferentes ámbitos de gobierno.
(pp 73)

Por ejemplo, ya a mediados de los 70 se advertía sobre la condición de anfiteatro de la ciudad y lo contraproducente que era construir edificios que atentaran contra esa condición y bloquearan la vista al mar (R. Pérez de Arce).

El informe plantea que es Estado de Chile entrega excusas inverosímiles: ¿se puede resumir eso en que el Estado de Chile ha metido en este punto?

Respecto al Plan de Manejo, varias veces requerido por el Comité de Patrimonio Mundial, cabe señalar que, a la fecha, no existe; el Gobierno de Chile, de manera recurrente y periódica, ha argumentado, desde 2003, que el mismo se encuentra en etapa de formulación y construcción: trece años después, resulta inadmisible su inexistencia e inverosímiles las excusas; la ausencia de un Plan de Manejo genera muchísimos de los gravísimos problemas que hoy aquejan al Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso y su Zona de Amortiguamiento, puesto que no existen políticas, estrategias, planes y proyectos articulados y estructurados. En ésta situación, cualquier tipo de acción o intervención, sin importar su objetivo, resulta aceptable y válida, tal y como sucede hoy, sin que ninguna de ellas apunte o contribuya a una solución estructural de dicha problemática. La formulación del Plan de Manejo es, a todas luces, un compromiso del Estado Parte que, reiteradamente, ha sido incumplido y su inexistencia está llevando al Sitio a una condición calamitosa, que ya se detecta en varios sectores urbanos del mismo. (pp 79-80)

El informe afirma, además, que el Estado de Chile podría poner -de seguir actuando como lo ha hecho- en riesgo la permanencia del Sitio (de Valparaíso) en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Tal como está planteado y desarrollado hoy el proyecto T2 TCVAL, genera alto impacto permanente e irreversible sobre el Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso que no es mitigable, desde un punto de vista patrimonial; ahora bien, sí el Gobierno de Chile avanza en la construcción de dicho terminal, tal y como está planteado hoy, y sin contar con unas importantes medidas de compensación, en concepto de este EIP, podría poner riesgo la permanencia del Sitio en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. (pp 94)

Contraloría General de la República

El informe de Juan Luis Isaza afirma que el actuar de la Contraloría (bajo Ramiro Mendoza) reflejan ignorancia en temas de patrimonio y que su actuar atenta contra éste y convenciones, cartas y otros a los que Chile a adherido, algunos de hace 40 y 50 años atrás.

La Contraloría General de la República de Chile (sic) no tiene por qué saber de asuntos específicos relacionados con la conservación y protección del patrimonio cultural, y menos, específicamente, sobre Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, de 1972. La decisión tomada (que el Consejo de Monumentos Nacionales, CMN, no tiene competencia alguna para pronunciarse sobre aspectos relacionados con el interior de los edificios localizados en áreas urbanas declaradas como Zonas Típicas o Pintorescas) es, a todas luces, errada y altísimamente nociva para el patrimonio cultural chileno, pero es inaceptable para un sitio de Patrimonio Mundial. Dicha decisión va en contravía de todos los preceptos, conceptos y directrices adoptados por la comunidad mundial, al menos desde la Carta de Venecia (de 1964) así como de la propia Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, de 1972, que el Estado chileno, libre y soberanamente, decidió ratificar el 20 de febrero de 1980. (sic) La citada decisión afecta la autenticidad e integridad, y por tanto incide negativamente el Valor Universal Excepcional, VUE, poniendo en altísimo riesgo la permanencia del Área histórica de la ciudad – puerto de Valparaíso en la Lista del Patrimonio Mundial.
(pp 78)

La gestión y manejo del Área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso, infortunadamente cuenta en su haber con varios casos como el que se trae a colación; baste recordar ahora la desafortunada intervención que se realizó en esa misma plaza para instalar el Mercado Santa Isabel, sustituyendo piezas muy importantes de arquitectura contextual. Se debe considerar y partir siempre de la premisa de que todos y cada uno de los elementos arquitectónicos contenidos en el Sitio y su Zona de Amortiguamiento pueden ser recuperables, a pesar de su aparente estado ruinoso. El Estado Parte no puede ser permisivo, como lo está siendo, ante casos como éste. (pp 79)

El vaciamiento de los edificios, consistente en la demolición parcial o total de sus interiores, para conservar únicamente la fachada de los mismos, debe ser tajantemente prohibida (sic). Por lo tanto, de la manera más argumentada, clara, convincente y correcta, resulta absolutamente necesario y urgente modificar la determinación de la Contraloría General de la República de Chile, del 24 de enero de 2014. (pp 90)

Municipio

El informe afirma que el Municipio de Valparaíso es ineficaz e ineficiente respecto al Sitio, llegando ha estar algunos lugares en estado calamitoso.

Municipalidad de Valparaíso ha hecho, y hace, los mayores y mejores esfuerzos resulta meridianamente claro y evidente, al juzgar el estado actual de conservación del Sitio, que dichas acciones son ineficaces e ineficientes. (pp 79)

El informe aborda en forma crítica los vaciamientos de edificios y hace especial mención la situación del Mercado Puerto, apuntando directamente en sentido contrario al actuar del Municipio.

Evitar, a toda costa, el vaciamiento total del edificio Astoreca.
(pp 92)

Intervenir los edificios Subercaseaux y Mercado Puerto, de tal manera que conserven íntegramente sus valores que aún perviven en cada uno de ellos. Se recomienda altamente que el edificio Mercado Puerto, después de su rigurosa intervención, conservando su morfología y tipología, también recupere su uso histórico y tradicional para el cual fue concebido y construido (mercado público). (pp 92)

Finalmente, respecto al Municipio de Valparaíso, lo acusa de un uso erróneo del emblema Patrimonio Mundial de la Unesco

Hacer uso correcto y adecuado del emblema de Patrimonio Mundial de la Unesco, de acuerdo con lo establecido en las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial. El administrador del sitio, Municipalidad de Valparaíso, cuenta con numerosas piezas informativas, material gráfico y publicaciones en donde se hace un uso erróneo del mismo. (pp 93)


Sociedad civil

Isaza, reconociendo el valor fundamental de la Sociedad Civil, por un lado destaca sus aportes en propuestas, su lucha, y el que, en definitiva, son los usuarios y propietarios del patrimonio, pero afirma que la mayoría de los grupos lucha por sus intereses sin velar por el bien común.

En Valparaíso no se puede, ni se debe, desconocer el poder que tiene la sociedad civil. El patrimonio debe orientarse al servicio de la comunidad, es decir para y con la comunidad. No sólo como usuaria, sino básicamente como propietaria.
(pp 74)

Resultan muy destacados, notables y valiosos los movimientos ciudadanos en Chile, quizás generados por la historia política del país, a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y las primeras del siglo XXI; es necesario destacar el impacto positivo que genera una sociedad civil beligerante, crítica, estructurada y participativa, como lo es la chilena, en general, y la porteña, en particular. (pp 75)

Al parecer, los espacios de participación ciudadana, que existen, no son suficientemente valorados por las Entidades Públicas y por la propia ciudadanía; recibimos múltiples quejas, provenientes de diversos sectores y estratos, en donde se señala claramente que la Administración Pública no los escucha, no los tiene en cuenta y los subestima. (pp 75)

Cada uno de los colectivos, grupos, organizaciones y sectores defiende sus propios intereses y son realmente pocos los que están tratando de encontrar una difícil línea media de conciliación, en la búsqueda de un bien común y de un futuro mejor; se hace evidente el desgaste, el cansancio y el hastío, así como un anhelo de cambio, muchas veces sin saber cómo lograrlo. (pp 75)

En síntesis, los cambios en Valparaíso deben ser profundos e involucran a todos los actores. Y, aunque no aparece en forma explícita en el informe, se desprende que se requieren liderazgos fuertes y positivos capaces de aunar esfuerzos y sacar a la ciudad de estancamiento y progresivo deterioro.