Duras críticas lanzaron los empresarios a la decisión del Ejecutivo de aplicar el veto presidencial a la reforma laboral.

Y es que luego que el Tribunal Constitucional cuestionó la titularidad sindical y extensión de beneficios, el Gobierno decidió retroceder en los elementos que consideró una concesión a los privados, sector que reaccionó con preocupación ante los cambios anunciados por La Moneda.

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ricardo Mewes, se manifestó preocupado por la intención del Ejecutivo de modificar aspectos que fueron fruto de un acuerdo y advirtió que los cambios podrían aumentar la desconfianza en nuestro país.

El presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile, Juan Pablo Swett, consideró el veto como una pataleta del Gobierno que sólo afecta a las pequeñas y medianas empresas

Desde la Central Unitaria de Trabajadores, su vicepresidente, Nolberto Díaz, consideró insuficiente el veto presidencial y llamó al gobierno a eliminar los servicios mínimos y las adecuaciones necesarias.

El presidente de la Comisión Nacional de Productividad que asesora a la presidencia de la República, el economista Joseph Ramos, advirtió que la eliminación de los pactos de manera permanente sería un error y una lamentable decisión de parte del Ejecutivo.

Pese a las críticas, es probable, según Ramos, que la eliminación del artículo 376, 377 y 378 del capítulo cuatro de la reforma -todos ellos referidos a los pactos de adaptabilidad- será a corto plazo y se repondrán en un futuro, una vez que quede establecido que son los sindicatos quienes pueden pactar con el empleador.