Diversos ribetes adquirió la historia de la reconstrucción de la Municipalidad de Coronel. Por una parte, está la situación constructiva. Se consideró en el diseño original un edificio de siete pisos, con 7.000 metros cuadrados construidos; pero con los mismos 3.200 millones de pesos, se recepcionó una obra gruesa de nueve pisos, con subterráneos y bodega, en una extensión de 10.000 metros cuadrados.

El alcalde, Leonidas Romero, dice que los equipos de la Subdere que viajaron desde Santiago hasta lo felicitaron por la eficiencia, en una actitud que cambió cuando, según dejó en evidencia la investigación de Contraloría, se encontraron “detalles”, como la falta de espacios para tubos de agua, de ductos para ascensores y de espacios para instalar la ventilación.

Sin embargo, esto es lo menor para el alcalde. Porque ahora le retienen 3.300.000.000 de pesos aprobados en el Gobierno anterior, por una cuestión de carácter político, porque, sentenció, la Nueva Mayoría quiere recuperar a toda costa Coronel en las próximas municipales.

El problema es que pasa el tiempo, y ya no alcanza con los 3.300.000.000 de pesos para terminar de instalar puertas, ventanas y mobiliario, sino que con el encarecimiento de materiales y mano de obra, ahora se necesitan 5.000.000.000 de pesos, agregó la autoridad comunal. Plata con la que el Gobierno hoy derechamente no cuenta.

Consultado el intendente de la región del Biobío, Rodrigo Diaz, señaló que se debe solucionar las modificaciones constructivas y que en este aspecto técnico se han mantenido las diferencias entre la Subdere y el alcalde.

Esta historia cuenta de hecho con una autodenuncia del alcalde el 22 de julio del 2015, acusaciones de concejales y la determinación de observaciones de Contraloría el 4 de noviembre.

Pero sería el 27 de noviembre pasado el que daría cuenta de la notificación de un informe especial del órgano fiscalizador, al que se sumó una nueva solicitud esta vez de la Subdere en Santiago para investigar los hechos.

En Coronel estiman que la remesa de recursos, si se entregan a fines del 2017, con 12 meses más de acondicionamiento no estará listo antes del 2018 o 2019, si no se suma un nuevo episodio. Lo que dejará a la Municipalidad alojada en una escuela de Lagunillas y arriendo de diversas propiedades para instalar los departamentos comunales y otros programas.

Consultados en la Subdere de la región del Biobío se excusaron de entregar una respuesta, apuntando a que el conflicto está destrabándose directamente desde la División de Municipalidades en el nivel central.