Durante siglos la iglesia cristiana se ha preocupado bastante respecto a la moralidad sexual de las personas, sin embargo no era un tema frecuente en los discursos de Jesús.

Entonces cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿en qué momento la iglesia comenzó a tomarlo como un asunto de vital importancia?, ¿de donde nacieron los preceptos morales de la iglesia respecto a la sexualidad?

Según el sitio de la cadena británica BBC, para comenzar a buscar una respuesta es interesante saber qué es lo que dice la biblia al respecto.

La Biblia es la fuente literaria de la fe cristiana. Por ende, todas las prácticas y enseñanzas de esta religión se basan en ella.

Está dividida en dos partes: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.

Lo primero que se debe tener en consideración, es que el Antiguo Testamento y las epístolas de Pablo son clave en la visión ética del cristianismo frente al tema. A continuación puedes revisar algunos pasajes de la Biblia respecto a diferentes tópicos relacionados a la sexualidad.

Homosexualidad

“No te acostarás con un varón como con una mujer; es una abominación”, Levítico 18:22

“…los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos”, Romanos 1:27

Wikimedia Commons

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A pesar de que Jesús nunca habló respecto a la homosexualidad, si se menciona en el Antiguo Testamento y en algunas cartas de San Pablo, en donde se denuncia su práctica. De hecho, hasta el día de hoy la Iglesia Católica tiene una visión bastante negativa sobre la homosexualidad.

Fenómeno contrario a lo que ocurre en las iglesias protestantes, donde la opinión está bastante divida.

Celibato

“Es bueno que el hombre no toque mujer”, 1 Corintios 7:1

El concepto de celibato en el cristianismo llegó, en parte, debido a una carta de San Pablo a los corintos. Sin embargo fue reafirmado durante el siglo II, cuando algunas hombres y mujeres comenzaron a llevar una vida de este tipo como monjes y monjas.

Matrimonio

El hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne (…) por lo tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”, Mateo 19:5-6

Según Mateo, uno de los doce apóstoles, estas serían las palabras de Jesús alabando el matrimonio monógamo. Sin embargo, muy pocos cristianos consideraron celebrar su matrimonio en una iglesia durante los primeros mil años de cristianismo.

ALBERTO PIZZOLI / AFP

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En el siglo XI, el papa Gregorio VII estableció el matrimonio como un sacramento, al igual que el bautismo y la sagrada comunión.

A pesar de que Jesús apoyaba la monogamia, también fomentaba el perdón. De hecho, respecto a la pregunta de si una mujer que había cometido adulterio debía ser lapidada, respondió: “El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”, Juan 8:7.

Anticoncepción

“¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!”, Lucas 1:42

“…cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia. Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Señor”, Génesis 38:9

Respecto a los métodos anticonceptivos, en un comienzo tanto las iglesias católica como protestante la condenaron, sin embargo a partir de la década de 1930, la Comunión anglicana dejó de considerarla como un pecado.

TIZIANA FABI / AFP

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Ya hemos revisado algunos pasajes de la biblia respecto al tema de la sexualidad, sin embargo aún falta llegar a la respuesta sobre quién formuló los preceptos.

En el año 313 D.C, el emperador Constantino I y Licinio firmaron el edicto de Milán, en el que se establecía la libertad de religión en el Imperio romano. Con esto, se acababa la persecución de los cristianos.

Posteriormente, en el año 380 D.C, el edicto de Tesalónica establece el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. Pero la nueva iglesia latina no se basó sólo en la Biblia para establecer sus preceptos morales, sino que también recurrió al asesoramiento de teólogos y filósofos, algunos de los cuales se inspiraron en la filosofía griega.

Visión de San Agustín

San Agustín fue un importante teólogo del siglo IV, y es considerado por muchos como el máximo pensador del cristianismo del primer milenio. Fue el encargado de reformar radicalmente la visión cristiana respecto al sexo.

De hecho, San Agustín afirmaba que la lujuria fue lo que animó a Adán para aceptar la propuesta de Eva de probar la fruta prohibida. De esta manera se asoció por primera vez el deseo sexual con los orígenes del pecado.

Wikimedia Commons

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La relación establecida entre el sexo y el pecado, propuesto por Agustín, provocó que muchos cristianos sintieran vergüenza respecto a sus deseos sexuales.

A pesar de que esta visión sigue teniendo bastante influencia hasta la actualidad, en el siglo XVI ocurrió algo que se opuso a la relación entre el sexo y el pecado.

A comienzos del siglo XVI, Martín Lutero, quién impulsó la reforma religiosa en Alemania, rechazó los postulados de Agustín respecto al sexo. Es más, definió el acto sexual como un regalo de Dios, siempre y cuando fuera dentro del matrimonio.

Un punto interesante de la visión de Lutero, es que sostenía que el celibato no era lo más adecuado, ya que según su opinión podía causar que los deseos sexuales se saciaran de formas peligrosas. Instó a los sacerdotes para que se casaran, predicando con el ejemplo.
A pesar de que consideraba al divorcio como lamentable, también lo definía como “aceptable”.

Lutero sostenía que se podía llegar al perdón a través de la fe en Dios, y no con buenas acciones ni el arrepentimiento.