El periodista Pablo Honorato respondió a las acusaciones surgidas en su contra, respecto a que habría sido un “cómplice” de la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Recordemos que el 5 de mayo pasado, Honorato, quien cubre las noticias judiciales desde el Palacio de Tribunales en Santiago para el noticiero de Canal 13, fue agredido por Elisa Toledo, madre de los hermanos Vergara Toledo que murieron en Villa Francia en 1985.

El hecho ocurrió en el mismo centro de justicia, cuando la mujer le dio un puntapié a Honorato en su zona genital. Esto en medio de incidentes protagonizados por Toledo, luego de que la Corte de Apelaciones condenara a Tamara Farías, su nieta, a siete años de presidio por dispararle a un guardia de BancoEstado en 2014.

Tras ello, gran cantidad de usuarios en redes sociales comenzaron a acusar a Pablo Honorato de ser cómplice de la dictadura, presuntamente encubriendo crímenes de lesa humanidad durante su labor como periodista.

Elisa Toledo (al centro) | Álvaro Cofré | Agencia UNO

Elisa Toledo (al centro) | Álvaro Cofré | Agencia UNO

Honorato trabajó como periodista policial de Canal 13 en las décadas del ’70 y ’80, años durante los cuales se cometieron violaciones a los derechos humanos en nuestro país, incluyendo el asesinato y desaparición de miles de personas por motivos políticos.

En ese sentido, Memoria Viva, portal del Proyecto Internacional de Derechos Humanos en Londres, asegura que mientras el periodista ejercía en televisión en dictadura, “ayudaba a desinformar sobre las ejecuciones de presos políticos. Con sus reportajes transformaban las ejecuciones en “enfrentamientos”. Para estos efectos se prestaban todos los medios de comunicaciones existentes en el país en esa época”.

“Entre los casos más notables está el asesinato del periodista Augusto Carmona Acevedo, editor jefe del Canal de Televisión de la Universidad de Chile, (quien) fue detenido y torturado. Ante este horrible crimen, Honorato informa en terreno (el 7 de diciembre de 1977) de la muerte de un subversivo, resultado de un enfrentamiento con la policía. Este colaborador de la CNI al borrar u omitir la identidad profesional de Carmona y al mostrar la sola versión de la CNI, ocultaba un asesinato político”, añade Memoria Viva.

Informaciones similares fueron replicadas en mayo pasado por otros medios de comunicación y organizaciones sociales, quienes acusaron al profesional de encubrir los crímenes.

Por medio de una columna publicada en el diario La Tercera este domingo, Pablo Honorato respondió a estas acusaciones, afirmando que “no fui cómplice de la dictadura como algunos dicen. Me tocó ejercer en un período complicado y yo no podía hacer más de lo que me pedían”.

“Durante el régimen militar traté de hacer mi trabajo lo mejor posible y dentro de lo que se podía. Hay mucha gente que habla sin saber, sobre todo aquellos que no nacían todavía y juzgan a diestra y siniestra. A lo mejor los medios y periodistas sí cometimos muchos errores y no informamos más de lo que debíamos, pero los periodistas no somos dueños del medio; el periodista debe guiarse por la línea editorial que tiene su lugar de trabajo, y si no le gusta se tiene que ir nomás. Esa es la realidad. Fría, pero es lo que hay”, manifestó.

En su escrito, Honorato también se refiere a su formación académica, relatando que “mi padre marcó mi carrera. Él era periodista de la vieja guardia, el periodismo de verdad. Nada que ver con lo de hoy (…) Estudié en el Instituto Nacional, lo que me hace imposible no tener una opinión formada sobre las cosas que ocurren hoy en educación”.

En esa línea, comentó que conoció a la presidenta Michelle Bachelet cuando era adolescente. “En el colegio tuve un grupo de teatro con Michelle Bachelet. Nos juntábamos los del Instituto Nacional con las niñas del Liceo 1. La Presidenta, recuerdo, participaba en todo”, dijo.

Sobre el movimiento estudiantil, expresó que “los estudiantes que marchan los respeto y apoyo por la energía que tienen al manifestarse. Me alegra más todavía que puedan hacer públicas sus demandas. Otra cosa son los que hacen destrozos. Dudo que sean estudiantes. Y si lo son, sé que no son todos los que hacen maldades”.

“Si fueran sólo estudiantes casados con la causa los que marchan, apuesto que todo terminaría bien, pero no falta el grupito de encapuchados que destroza por placer y que, lamentablemente, los mismos estudiantes no han podido controlar. A ellos hay que aislarlos y controlarlos, porque llegamos a un punto en que hasta Carabineros está de manos atadas”, sostuvo.