Militantes comunistas inauguraron este viernes un busto de Stalin en el oeste de Rusia con motivo de la conmemoración de la victoria aliada contra la Alemania nazi, desatando una polémica en medio de una campaña para rehabilitar al dictador.

El busto del dictador soviético fue inaugurado en víspera del aniversario de los 70 años de esta victoria, que se celebrada el 9 de mayo en Rusia, en la ciudad de Lipetsk, que cuenta con medio millón de habitantes y se encuentra a 500 kilómetros al sur de Moscú.

“Tenemos que apreciar nuestra historia y no despreciarla”, explicó a la AFP Nikolai Razvorotnev, líder de los comunistas locales antes de dejar claro que las autoridades locales no habían prohibido el proyecto.

“Entendemos que lo que no se prohíbe está autorizado”, sostuvo.

Cerca de sesenta años después de la denuncia del dirigente soviético Nikita Jrushchov –en 1956, tres años después de su muerte– de los crímenes del régimen estaliniano y del culto a la personalidad, la figura de Iósif Stalin divide profundamente a la sociedad rusa.

Unos le detestan por los millones de víctimas de la represión sangrienta de su régimen, pero otros destacan su papel en la victoria contra la Alemania nazi y en la industrialización del país.

Unos días antes de la inauguración del busto de cemento armado del dictador soviético, desconocidos vertieron sobre él pintura rosa, sin que los comunistas de Lipetsk cambiaran de plan.

Los comunistas de Crimea, península ucraniana anexionada por Rusia en marzo de 2014, también instalaron el viernes un gran cartel a la gloria de Stalin sobre la fachada de un edificio en Simferopol, la capital regional, en presencia de un centenar de personas reunidas al son del himno soviético.

La instalación ha molestado a la comunidad tártara de Crimea integrada por unas 300.000 personas. Acusada de colabor con la Alemania nazi, esta minoría de lengua turca fue deportada en Siberia tras la guerra, provocando la muerte de la mitad de los deportados. Los tártaros de Crimea solo pudieron regresar tras la caída de la Unión Soviética.

La principal ONG de defensa de los derechos humanos rusa, Memorial, está preocupada por la multiplicación de iniciativas destinadas a ensalzar la memoria de Stalin.

Oficialmente denunciado por el terror de Estado que orquestó hasta su muerte en 1953, Stalin se beneficia de la connivencia del poder actual, dispuesto a subrayar el estatus de superpotencia que tuvo la URSS en la época o las “decisiones justas” que tomó el dirigente para industrializar el país.

En 2012, Stalin lideraba unos sondeos sobre los héroes rusos y 39% de los rusos sienten admiración, respeto y simpatía por él.