El gas utilizado en las explosiones de cajeros automáticos es altamente peligroso, incluso si es inhalado, indicó el GOPE de Concepción. En tanto sigue adelante la investigación para detener a los autores del robo frustrado al Banco Estado del sector Collao.

La enorme explosión que destruyó la sucursal del Banco Estado durante la madrugada de ayer, planteó legítimos temores acerca del peligro que significa la acción de los delincuentes en contra de personas inocentes, que pueden verse alcanzadas por la onda expansiva.

Los sujetos usan un tubo de oxígeno relleno con otra sustancia explosiva, que conectan con una manguera al frontis del dispensador, donde se sitúan las gavetas con dinero.

Añaden un cable que en su extremo tiene una resistencia eléctrica, un alambre delgado como el de las ampolletas, que al calentarse detona el sistema.

El comandante del GOPE de Carabineros de Concepción, unidad que perició el sitio del suceso, y también el Banco BCI de Pedro de Valdivia, donde quedó el sistema instalado sin explotar, explicó el peligro que entraña el método y el gas, incluso si es inhalado.

Agregó que el sistema es bastante básico, pero peligrosamente efectivo, y que lamentablemente puede encontrarse de forma detallada a través de la web.

Hasta ahora la investigación no ha logrado identificar a los delincuentes.