La Villa Futuro de Chiguayante enfrenta problemas desde 2010, luego de ocurrido el terremoto y tsunami en la zona. No obstante, la solución habitacional para los vecinos podría llegar recién en dos años más.

Los problemas en este sector comenzaron tras el terremoto. En ese entonces fue la ex intendenta Jacqueline van Rysselberghe quien anunció la demolición de la totalidad de las torres. Sin embargo, siguen en pie 20 blocks.

El panorama es preocupante, ya que según datos del municipio, en la población viven cerca de 700 familias, lugar en el que existen 900 departamentos que estarían inhabitables. De ellos, 669 están tomados y 89 fueron desmantelados.

En el sitio hay familias que están esperando por un proyecto habitacional, otras que compraron los departamentos de forma irregular y algunos que simplemente son “ocupas”.

El alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas, se mostró esperanzado en el trabajo que está realizando el Serviu, aunque la solución llegaría recién en dos años más.

Con la tomas de departamentos, el rostro de la villa Futuro cambio drásticamente y la delincuencia llegó al sector.

La autoridad comunal comentó que en la noche se escuchan balazos. Por su parte, la presidenta de la Junta de Vecinos, Bárbara Orrego, espera que esto cambie pronto.

Con una mesa técnica en la que los integrantes se reúnen cada semana, el Serviu trabaja para buscar la solución de la Villa Futuro. En dos años el terreno estaría saneado para dar inicio a un nuevo conjunto habitacional, pero solamente beneficiaría a poco más de 700 familias.

Aún no hay fecha definida para iniciar la demolición de los edificios, ni tampoco está claro lo que ocurrirá con las familias que ocuparon irregularmente los departamentos.