21 condenados a muerte en Oklahoma, Estados Unidos, presentaron una denuncia contra las autoridades penitenciarias sobre el procedimiento empleado durante las ejecuciones, dos meses después del polémico fallecimiento de un prisionero por inyección letal.

Oklahoma suspendió sus ejecuciones por seis meses tras la muerte en aparente sufrimiento de Clayton Lockett, que falleció el 29 de abril 43 minutos después de la inyección de un nuevo cóctel letal, cuando normalmente se tardan diez minutos.

La próxima ejecución en el estado está prevista para el 13 de noviembre. Charles Warner, que asesinó a un bebé de once meses, debía ser ejecutado dos horas después de Lockett y encabeza ahora la lista de denunciantes ante un tribunal federal de Oklahoma.

En la denuncia, los 21 prisioneros subrayan el riesgo sustancial de que las autoridades del estado “empleen los mismos productos y procedimientos usados en la malograda ejecución de Clayton Lockett” u otros “que, de manera similar, no han sido probados, probados ni experimentados”.

Ellos denuncian particularmente el uso del midazolam, un anestésico “incapaz de sumergir (a alguien) en un estado de inconsciencia” y que “no puede quitar el dolor”.

Al respecto, añaden que la agencia estadounidense de control de los medicamentos (FDA) no aprobó este producto para ser utilizado como “anestésico único”.

Los reclamantes estiman también que los productos fabricados por auxiliares de farmacia de Oklahoma “presentan un riesgo sustancial de sufrimientos inconstitucionales”, en violación de la octava enmienda de la Constitución, ya que “la FDA no verifica la identidad, la pureza, la fuerza, la calidad, la seguridad y la eficacia” de los componentes del cóctel letal.

Según los resultados preliminares de la autopsia de Clayton Lockett, el personal responsable de la ejecución no había conseguido poner la intravenosa y después de varios intentos fallidos, había perforado la vena femoral.

El 17 de junio, el estado de Georgia realizó la primera aplicación de la inyección letal en Estados Unidos después del la muerte de Lockett. Desde entonces, las cinco ejecuciones previstas habían sido suspendidas.