Estados Unidos admitió este jueves que implementó un proyecto de red social alternativa en Cuba, utilizando teléfonos celulares, pero negó enfáticamente que se haya tratado de un programa secreto o de inteligencia.

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que “fue un programa de desarrollo adoptado por la Usaid”, una agencia del gobierno encargada de programas de desarrollo en diversos países, y que se completó en 2012.

“Como saben, la Usaid no es una agencia de inteligencia. Sugerencias de que éste era un programa secreto son erróneas (…) No era un programa de inteligencia”, señaló Carney, quien sin embargo dijo no conocer los detalles técnicos de cómo funcionaba el proyecto.

La existencia de ese programa había sido revelada durante la jornada por un reporte de una agencia noticiosa estadounidense, que reforzaba el carácter reservado de la operación ya que eventualmente sería usada para divulgar contenido político contra el gobierno cubano.

Carney afirmó en cambio que el objetivo era “promover el libre flujo de información, promover la participación de ciudadanos, especialmente en sociedades que no son permisivas”.

En tanto, Marie Harf, portavoz adjunta del Departamento de Estado, dijo que el gobierno estadounidense nunca se propuso utilizar esa red para promover inestabilidad política en Cuba o divulgar material de tipo político.

Estados Unidos, dijo, aportó informaciones sobre previsión del tiempo o resultados deportivos apenas “en el inicio”. “Cuando el proyecto despegó, paramos de aportar esa información. Nunca divulgamos contenido político”, apuntó.

De esa forma, Estados Unidos no tenía control de las informaciones que circulaban en la red Zunzuneo. “Incluso, podían expresar sentimientos contrarios a Estados Unidos”, dijo Harf.

Usaid orgullosa por la iniciativa

Por su parte, la Usaid expresó en una nota oficial su satisfacción por ayudar a que “la información fluya más libremente para los cubanos”.

La entidad apuntó que en la fase inicial la red enviaba informaciones sobre tecnología o resultados deportivos. “Más tarde, los cubanos podían comunicarse entre ellos, y estamos orgullosos de ello”.

Un reporte de la agencia noticiosa Associated Press afirmó que el programa Zunzuneo tenía instrucciones de permanecer oculto, y que un documento interno determinaba claramente que “no deberá haber absolutamente ninguna mención de la participación del gobierno de Estados Unidos”.

Según Carney, si bien el programa no era secreto, era necesario mantener una “discreción apropiada”, porque “un programa como éste y la asociación con el gobierno de Estados Unidos pueden crear problemas para los asociados y el público”.

A su vez, Harf (quien ya se desempeñó anteriormente como portavoz de la CIA) explicó que “la característica fundamental para un programa secreto es que el gobierno puede negarlo. Este no fue un programa secreto”.

De acuerdo con Harf, el programa de 1,2 millón de dólares fue aprobado en el Congreso, y se terminó en 2012 cuando los acuerdos firmados con los subcontratistas llegaron a su fin y el presupuesto específico se agotó.

La vocero añadió que, de acuerdo con las informaciones disponibles, el secretario de Estado, John Kerry, y su antecesora Hillary Clinton no tenían conocimiento de este programa.

“Estúpido, estúpido, estúpido”

El influyente senador Patrick Leahy, quien preside el Subcomité de Asignaciones en esa cámara del Congreso, afirmó que el proyecto “es estúpido, estúpido, estúpido”.

“Si usted va a hacer una operación encubierta para un cambio de régimen, suponiendo que eso tenga sentido, no lo debería hacer a través de la Usaid”, dijo Leahy, quien a pesar de sus funciones dijo desconocer la existencia de ese programa.

La implementación del proyecto coincidió con el arresto en Cuba en 2009 del contratista estadounidense Alan Gross, actualmente el principal obstáculo en las relaciones entre Washington y La Habana.