Otros de los coletazos que ha dejado el paro nacional de funcionarios del Registro Civil, es la falta de procedimiento para que los notarios puedan entregar la información al Registro Nacional respecto de las personas que deciden no donar sus órganos, una vez que entren en vigencia el próximo martes las modificaciones de la Ley del Donante Universal.

El 1 de octubre próximo comienzan a regir las modificaciones hechas a la Ley de Donante Universal que, entre otras cosas, estipula que todos los chilenos mayores de 18 años son donantes, salvo quienes declaren ante notario su voluntad de no serlo.

Será tarea de éstos profesionales hacer llegar esa declaración jurada al Registro Nacional del NO Donante, que depende del Registro Civil. Sin embargo, hasta el momento, los notarios desconocen la forma en cómo se llevará a cabo ese procedimiento.

Lo anterior, ya que el paro de funcionarios ha impedido una reunión de coordinación entre ambos organismos.

Esta situación mantiene muy preocupados a la Asociación de Notarios y Conservadores de Chile, quienes desde el próximo martes están facultados para recibir a quienes quieran declarar su elección de no ser donadores de órganos.

Cosme Gomila, secretario de la asociación, contó a La Radio que les urge saber cómo se llevará a cabo ese procedimiento.

El profesional indicó que la propuesta del organismo es hacer llegar la información mediante un documento electrónico con firma digital, lo que permitirá al Registro Civil tener de forma inmediata la información. Una diligencia que tendrá un costo aproximado para el usuario de $1.500, según concluyó.

Junto con la declaración jurada para no ser donante, las notarías contarán con otro formulario para aquellas personas que hayan cambiado de opinión y que quieran ser borradas del registro nacional de no donantes.

Así lo explicó el ministro de salud Jaime Mañalich, quien puntualizó que su cartera no tiene atribuciones para intervenir y gestionar para que la reunión se realice a la brevedad.

Las modificaciones a la Ley del Donante Universal, incluye un principio de reciprocidad que estipula que quienes están inscritos como donantes tendrán prioridad a la hora de necesitar un órgano, por sobre quien haya declinado serlo.

Actualmente hay alrededor de 3 millones de personas que han declarado no ser donantes. Por otro lado, hay una lista de espera de 1.500 personas que necesitan un riñón y ese número se eleva a 1.800 si sumamos los hepáticos, cardíacos y pulmonares.