“No sería correcto hablar del golpe de Estado de 1973, como si fuera el único en nuestra historia de 200 años. Pero sí, es un hecho que fue el más brutal que hayamos conocido”.

Son muchas las variables que deben considerarse a la hora de revisar los “por qué” en este proceso de pérdida de la democracia, por lo que no resulta lícito analizar sólo el 11 de septiembre, sino que es primordial conocer parte de un contexto histórico lleno de contradicciones.

Al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo se dividió, dando origen a la Guerra Fría y a las posiciones de los “bandos” que tuvieron que adoptar todos los países.

Latinoamérica quedó del lado de los Estado Unidos. En Chile repercutió generando un vínculo que sería visible más tarde a través del financiamiento americano de la oposición a Allende y la actuación de la CIA. Pero no fue la única influencia extranjera. La revolución cubana también tuvo efecto sobre la izquierda chilena.

Tomás Mosciatti nos relata parte de los acontecimientos de una época, principalmente marcada por contradicciones, como la de la misma elección de Salvador Allende, con más abstenciones que votos al interior de su partido.

¿Qué llevó a gran parte del país a desvalorizar por completo la democracia y apoyar un golpe de Estado? Para Mosciatti, “probablemente nadie imaginó que Pinochet estaría 17 años y que los militares, entrenados en la Escuela de Las América, iban a terminar torturando y matando chilenos”.