Tocopilla es una de las ciudades con mayor contaminación del país, pero en el moderno hospital Macuada no hay ningún médico broncopulmonar. También sus habitantes presentan uno de los mayores índices de cáncer. En el hospital no hay ningún oncólogo. Para decirlo más facilmente: en el hospital inaugurado recién en 2011 no hay ningún especialista.

Las autoridades dicen que los ciudadanos deben ir a Antofagasta a atenderse, a dos horas y media de camino. Es como si le dijeran a los santiaguinos que deben atenderse en Talca. Sólo esto ocurre porque los que lo dicen, en Santiago, tienen hospitales a minutos de sus casas; porque hay pocos votos.

En el centro de Tocopilla hay dos enormes centrales eléctricas a carbón. Expiden humo y contaminación. Pagan cerca de 18.000 pesos de patente. Con esa energía se enriquecen empresas mineras.

En Coronel, Colbún pretende construir una nueva central a carbón. Sería la cuarta en la ciudad, donde la energía es más cara que en Santiago.

Los habitantes de Freirina debieron enfrentarse a las Fuerzas Especiales de Carabineros para no seguir viviendo en medio de la fetidez.

En Valdivia, después de 10 años y muchas presiones, los tribunales determinaron que el destrozo del santuario de la naturaleza Carlos Adwanter fue obra de la celulosa perteneciente al grupo Angelini.

La Corte de Apelaciones de Santiago anuló la aprobación del Comité de Ministros al proyecto termoeléctrico Punta Alcalde, de Endesa, en la comuna de Freirina. La sentencia acusa a los ministros de “consentir la contaminación”.

Hay algo en común entre los habitantes de Tocopilla, Coronel, Valdivia y Punta Alcalde: el maltrato. Son víctimas del centralismo salvaje.

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