El Juzgado de Garantía de Quilpué decretó prisión preventiva para los dos últimos integrantes de la secta de Quilpué que quemó a un recién nacido en el marco de un ritual, por considerarlos un peligro para la sociedad.

De este modo, durante los 8 meses que dure la investigación, Carolina Alejandra Vargas San Martín deberá permanecer en la ćarcel de Alta Seguridad de San Miguel, mientras que Pablo Undurraga Atria será trasladado hasta la cárcel de Valparaíso.

La fiscal del Ministerio Público, Paola Rojas, estuvo a cargo exponer ante el Tribunal los cargos que se les imputan, por homicidio.

El abogado defensor, Javier Arévalo, aseguró que sus representados deseaban entregarse a la justicia “desde que huyeron de la secta”.

“No escapaban de la policía, sino de Antares de la luz”, agregó el representante de los dos imputados, agregando que existen correos que lo corroboran.

Asimismo, aseguró que no existe un líder dentro de la secta, mas bien Ramón Castillo era “dios”. La divinidad sería revelada en un evento cósmico, el que finalmente nunca ocurrió, tras meses de espera.