El fútbol italiano ha reducido sus pérdidas pero continúa presentando un elevado déficit, señaló un informe financiero de la compañía Price Waterhouse Cooper (PWC) publicado este jueves.

La cifra de negocios de la temporada 2011-2012 fue de 2.700 millones de euros, con un aumento del 7% con respecto a la campaña anterior, pero el ‘Calcio’ continúa siendo deficitario en 388 millones de euros, siempre según el análisis realizado por PWC.

La situación ha mejorado ostensiblemente con respecto al curso 2010-2011, en el que las pérdidas ascendían hasta los 430 millones de euros, pero el problema de fondo, los números rojos del fútbol italiano, continúa sin resolverse.

El estudio explica que el 43% de los ingresos viene de los derechos de televisión y que sólo un 9% procede de las entradas a los estadios.

“Tenemos un problema con los estadios con respecto a nuestros competidores europeos”, señaló Enrico Letta, vicepresidente y secretario general de la Agencia Investigación y Legislación (Arel).

“En ingresos en los estadios el país más avanzado es Alemania y esto repercute en los resultados deportivos, simplemente hay que mirar los partidos de Liga de Campeones cada semana”, añadió haciendo alusión a la victoria del Bayern Múnich (2-0) sobre la Juventus el pasado martes.

“Hasta 2007 los principales clubes italianos competían con sus rivales europeos, hoy la brecha ha crecido”, añadió Emanuele Grasso, de PWC, que mencionó los 22.000 espectadores de media por partido de la Serie A en comparación a los 44.000 que acuden en la Bundesliga.

“Los ingresos en los estadios se han reducido drásticamente y hay un gran margen de mejora”, añadió el presidente de la Federación Italiana de Fútbol Giancarlo Abete.

“En Italia los estadios son propiedad de los municipios y hay muchos problemas que afrontar. Los clubes que han construido nuevos estadios han crecido de manera exponencial”, desveló Abete.

Un único club italiano, la Juventus de Turín (campeón el año pasado y líder destacado este curso), ha construido su propio estadio, a imagen y semejanza de los ingleses, los alemanes o el Lille francés.