Tras dos años finalmente fue demolido el pretil ubicado en la segunda sección del río Aconcagua, una acción llevada a cabo por la Dirección General de Aguas tras la resolución adoptada por la Corte de Apelaciones.

Con la demolición del pretil culminó el largo proceso judicial comenzado a fines de 2010, cuando se determinó que se trataba de una obra no autorizada.

Con la acción de la Dirección General de Aguas (DGA) vuelve a generarse un libre flujo de los caudales que van hacia las comunas de Panquehue, Catemu y Llay Llay. Sin duda un beneficio para los agricultores que se vieron privados del recursos hídrico en tiempos de sequía

Para el seremi de Obras Públicas, Pedro Sariego, lo ocurrido es un claro ejemplo de que la DGA necesita mayores atribuciones para tomar las acciones concretas que amerite cada caso. “Nosotros tenemos que pedir permiso”, señaló la autoridad.

Sariego hizo un llamado a la comisión de Obras Públicas del Senado para que apruebe con prontitud la nueva ley que permitiría mayor autonomía a la esta dirección, pudiendo tomar decisiones sin tener que pasar por trámites legales tan engorroso como en este caso.