Al grito de “vergüenza”, “vergüenza”, se reunieron este viernes en Siena, los accionistas del Banco más antiguo del mundo “Monte dei Paschi di Siena”, sacudido por un escándalo financiero que los llevó a pedir un rescate y que complica a la izquierda italiana favorita en las elecciones que se celebrarán a finales de febrero.

Los accionistas de la prestigiosa entidad toscana, fundada en 1472, fueron recibidos por grupos de militantes de la izquierda italiana y del movimiento populista Liga Norte, los cuales protestaban por la mala gestión del banco, en particular contra la operación con productos derivados ‘Alexandria’, llevada a cabo en 2009 junto al banco japonés Nomura, que arrojó una importante pérdida que afectará seriamente el balance de 2012.

El escándalo cae en plena campaña para las elecciones legislativas previstas para el 24 y 25 de febrero, y afecta sobre todo al Partido Democrático (PD), vinculado históricamente al banco toscano y que los sondeos dan como favorito en los próximos comicios.

“Ustedes sólo saben robar”, tarareaban los militantes de la xenófoba Liga Norte contra los militantes del PD y también contra los ministros del gobierno liderado por el tecnócrata Mario Monti, que acaban de conceder un préstamo estatal de 3.900 millones de euros.

La presencia del cómico Beppe Grillo, que detiene cinco acciones del banco, conocido por sus cruzadas contra la “casta política” con su “Movimiento Cinco Estrellas”, causó revuelo.

Asediado por la prensa, Grillo atacó sobre todo al Partido Democrático: “Crearon de un partido un banco y de un banco un partido”, vociferaba.

Si bien la asamblea extraordinaria fue convocada para aprobar un aumento de capital de 4.500 millones de euros, necesario para abrir el camino al préstamo del Estado, en realidad se convirtió en una manifestación de carácter político, cuyas repercusiones aún se desconocen.

El banco admitió esta semana, tras una serie de denuncias en la prensa, que varias operaciones con derivados realizadas en el pasado, bajo otra dirección, van a afectar gravemente el balance del 2012.