La morosidad del crédito de los bancos españoles, para los que la eurozona ha concedido un plan de ayuda de hasta 100.000 millones de euros, pulverizó en junio un récord histórico alcanzando su nivel más alto desde que comenzó la serie estadística en 1962.

Los activos dudosos, principalmente préstamos inmobiliarios susceptibles de no ser devueltos, alcanzaron un 9,42% del total de los créditos en junio, por valor de 164.361 millones de euros (unos 203.300 millones de dólares), anunció el viernes el Banco de España.

Hasta ahora, el récord de esta estadística, iniciada en 1962, se había registrado en febrero de 1994, con 9,15%.

Este nuevo máximo confirma el deterioro del sector financiero español, que inquieta a los mercados y a los socios europeos de España.

La morosidad ya había alcanzado el 8,96% de mayo, según datos revisados, y el 8,72% de abril.

Motor durante años del rápido crecimiento económico español, el sector de la construcción se detuvo bruscamente en 2008, a raíz de la crisis financiera internacional.

El estallido de la burbuja inmobiliaria española arrastró a gran parte de la economía en su caída y desestabilizó fuertemente al sector financiero.

Ante las dificultades de algunos bancos, muy expuestos al maltrecho sector inmobiliario, España debió pedir ayuda en junio a sus socios de la eurozona, que le concedieron un préstamo para sanear sus bancos que podrá elevarse hasta los 100.000 millones de euros.

Un primer tramo de dicha ayuda, por valor de 30.000 millones de euros, debía estar disponible ya a finales de julio y, según los medios españoles, una parte de podría ser inyectada muy próximamente a petición de España.

Se trataría de aliviar así a los bancos más frágiles, sobre todo a Bankia, cuya nacionalización en mayo precipitó la crisis bancaria española y la solicitud de ayuda al eurogrupo.

Bankia pidió una ayuda pública de 19.000 millones de euros, que sumada a 4.500 millones de euros ya inyectados, se convertirá en el mayor rescate de la historia del sector bancario español.

La asfixia de la banca española, que sufre para financiarse en unos mercados muy preocupados, paraliza también la economía real: el volumen de los créditos otorgados por los bancos no hizo más que caer desde 2009.

Esta falta de crédito contribuye al retroceso de una economía de nuevo en recesión, que a finales de junio registró un nuevo un porcentaje de desocupación récord, de 24,63% de la población activa y más del 53% entre los menores de 25 años.

Lastrado por estas condiciones y enzarzado en una draconiana política de austeridad para llevar su déficit público al 6,3% del PIB este año (frente al 8,9% de 2011), España no logra reactivar el crecimiento.

En el primer trimestre de este año la economía española volvió a entrar en una recesión que debería agravarse en el segundo, según cifras provisionales. El país terminará el año con una caída del 1,5% del PIB, según el gobierno.

Las autoridades de Madrid prevén una vuelta al crecimiento a partir de 2014.