Italia se hundió más en la recesión en el segundo trimestre de 2012 con una desaceleración del 0,7% del PIB, lo que aumenta la presión sobre el gobierno de Mario Monti para encontrar un equilibrio entre las políticas de austeridad y la reactivación del crecimiento.

“Estamos en una fase de una contracción grave. Italia ha abordado la crisis con la austeridad, pero de esta forma ha atrasado las medidas de reactivación del crecimiento y esta nueva caída del PIB era previsible”, dijo a la AFP Giuliano Noci, economista profesor de la Escuela Politécnica de Milán.

Incluso si la mayoría de los expertos esperaban una caída del PIB, algunos se han visto sorprendidos por la amplitud.

Unicredit vaticinaba una contracción del 0,5% del PIB para el segundo trimestre. “Esperábamos una contracción más contundente de la recesión. Ahora, el final de año crea una fuerte preocupación”, dijo Chiara Corsa, economista de Unicredit.

Las previsiones del gobierno, que vaticina una contracción del 1,2% del PIB en 2012 y un crecimiento de 0,5% en 2013, “han sido superadas claramente”, estimó la experta del primer banco italiano.

Bruselas y el FMI son más pesimistas que Mario Monti, pues prevén una contracción de la economía italiana del 1,9% y del 2%, respectivamente, este año.

Desde su entrada en funciones en noviembre de 2011 en pleno fragor de la crisis, en sustitución de Silvio Berlusconi, el gobierno del excomisario europeo ha tratado de ejecutar una serie de medidas drásticas para reducir la colosal deuda del país (más de 120% del PIB).

La más reciente, el plan de reducción de los gastos públicos permitirá un ahorro de más de 26.000 millones de euros en tres años.

Este plan ha suscitado enormes críticas por el jefe de la patronal italiana (Confindustria), Giorgio Squinzi, para quien el plan amenaza con provocar una “carnicería social”. Confindustria prevé una caída del 2,4% del PIB.

En esta Italia lastrada por la austeridad, “los inversores están a la búsqueda de una prueba de que el gobierno de Monti puede superar la austeridad y orientarse hacia el crecimiento”, dice Noci.

Mientras que el PIB italiano registra una caída por cuarto trimestre consecutivo, los otros indicadores económicas tampoco van mejor.

La producción industrial, pilar de la economía italiana muy ligada a las exportaciones manufactureras, se contrajo un 1,7% en el primer trimestre de 2012 y 8,2% en un año.

El consumo acusó también el repliegue del 0,2% en mayo, después de haber caído el 1,7% en abril y el 0,7% en marzo.

El desempleo registró un nuevo récord en junio con el 10,8% de la población activa sin trabajo.

“Italia debe proseguir sus esfuerzos de reformas”, dijo el economista del banco Berenberg, Christian Schulz, pues estima que “la fase de declive podría empezar a ceder para abrir la vía a un crecimiento modesto en 2013, cuando haya pasado lo peor de la austeridad”.

Mario Monti tiene previsto convocar elecciones en la primavera del próximo año, y ha rechazado la hipótesis de ser candidato a su propia elección en las elecciones legislativas.