Venezuela ratificará su decisión de abandonar la CIDH durante la 42 asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Bolivia, pues el mecanismo regional está “plegado” a los intereses de Estados Unidos, dijo el sábado el canciller Nicolás Maduro.

“Vamos a entregar (durante la cita el domingo) un documento y hacer una exposición central sobre la decadencia (…) del sistema interamericano de derechos humanos, sus instituciones y de cómo tanto la Comisión (CIDH) como la Corte (IDH) están plegadas a los intereses de Estados Unidos”, dijo Maduro en una entrevista con la multiestatal Telesur divulgada el sábado en Caracas.

El 30 de abril el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció que su país se retiraría de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aduciendo que es un organismo supeditado a intereses estadounidenses para torpedear su gobierno.

Chávez planteó la necesidad de que Venezuela se oriente hacia “un proceso de denuncia de los convenios” que “atan” al país a la CIDH y la Corte Interamericana de Derechos Humanos “por diversos motivos”, recordó Maduro en la entrevista.

El responsable también reiteró que Venezuela apoya un reforma del sistema interamericano de derechos humanos, conformado por la Comisión y la Corte.

“La OEA como sistema interamericano, todo el mundo lo sabe, ha venido declinando (…) está ya en una fase de decadencia y sus organismos son visiblemente molestos para los países de América Latina”, opinó el canciller.

“Tenemos que avanzar en la constitución de un nuevo régimen de derechos humanos latinoamericanos, con nuevos principios”, acotó.

Aunque la 42 Asamblea General de la OEA, en la que se prevé la participación de los cancilleres y representantes de 34 naciones, tiene como tema central la seguridad alimentaria, un fuerte debate sobre reformas a la CIDH debe surgir como telón de fondo.

Los cancilleres de la OEA inaugurarán el domingo en Tiquipaya, centro de Bolivia, la cita que durará hasta el 5 de junio.

Venezuela no permite desde 2002 que la CIDH visite el país, alegando que ésta reconoció el efímero gobierno de facto que se instaló durante el golpe de Estado de 48 horas contra Chávez en abril de ese año.

Por su parte, la Comisión incluyó a Venezuela ese mismo año en el capítulo de su informe anual que dedica a los países que suscitan una mayor preocupación en el continente.