El Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) aprobó el sábado el abandono por parte de ETA de la lucha armada e hizo un gesto en dirección de las víctimas del conflicto vasco, evocando el “dolor” que provocó el conflicto.

El colectivo de prisioneros “a la vez que traslada a ETA todo su respeto y apoyo a la decisión que adoptó, da por finalizada la fase de actividad armada como instrumento de lucha” para lograr sus objetivos, anunciaron dos portavoces del grupo en conferencia de prensa en Guernica, en el País Vasco español (norte).

“Somos plenamente conscientes del múltiple dolor generado, de hecho lo venimos sufriendo directamente o en nuestro entorno desde hace generaciones”, declararon también los prisioneros, según sus portavoces Bego Uzkudun y Karlos Ezurra, que leyeron una declaración en ocho puntos fruto de conversaciones internas a raíz del anuncio en octubre de 2011 por parte de ETA del abandono de la lucha armada.

La suerte de los cerca de 650 prisioneros encarcelados en España y de los 150 reclusos vascos en Francia es una de las claves de una eventuales conversaciones de paz en el País Vasco, de la que ETA reclama la independencia.

El grupo independentista vasco, considerado responsable de la muerte de 829 personas en más de 40 años, había anunciado el 20 de octubre de 2011 que renunciaba definitivamente a la violencia pero no entregó las armas y tampoco anunció su disolución, reclamada por España y Francia.

La Comisión Internacional de Verificación (CIV), creada para verificar la aplicación de los compromisos de alto el fuego de ETA, por su parte anunció el 4 de mayo haber recibido un mensaje de la organización que indicaba que ETA “estaba dispuesta a dialogar sobre una serie de elementos prácticos para consolidar el proceso”.