La película “Gatos Viejos”, ácida mirada de Sebastián Silva y Pedro Peirano sobre las relaciones familiares entre la gente mayor y sus hijos, llega esta semana a las pantallas francesas acompañada por buenas críticas en el primer estreno fuera de fronteras de esta producción chilena con financiación estadounidense.

Protagonizada de forma majestuosa por la actriz nonagenaria Bélgica Castro, a la que secundan con gran presencia su marido en la vida real, el dramaturgo Alejandro Sieveking, junto a Claudia Celedón y Catalina Saavedra, la película sorprendió en los festivales de Sundance (EEUU) y Cannes (Francia) antes de su estreno en Chile en diciembre pasado.

El elogioso recibimiento dispensado por la prensa francesa a estos personajes profundamente chilenos, que a lo largo de la película no salen de un piso de Santiago, muestra que el fondo de la historia no sufre la limitación de fronteras.

“Gatos viejos” es “una comedia sabrosa, humana y más política de lo que aparenta, servida por cuatro actores truculentos”, afirma el dominical Le Journal du Dimanche.

“Gracias a un guión elíptico y a una puesta en escena que utiliza de maravilla el espacio confinado del piso, hacen gala de un pudor, de un humor y de una elegancia que les permiten evitar todas las trampas. Al final, una evocación sutil de la vejez y sus males, más emotiva si cabe porque evita la sensiblería”, sostiene el semanario Le Point.

El semanario L’Express considera que después de “La Nana” (2009), “carga corrosiva contra unos patrones pseudo-solícitos y sus criadas pseudo-abnegadas”, la nueva película de Silva y Peirano confirma “su facultad para auscultar la sociedad con precisión, sin lanzar grandes debates ni el menor mensaje. Definen el blanco, escarban y tocan donde pica”.

Como colofón de una crítica ditirámbica, Libération escribe que los directores “tienen el talento de evitarnos cualquier puré psicológico. Filman simplemente las fronteras esponjosas del alma deteriorada”.

El mensual especializado Première es menos entusiasta, aunque estima que el “muy bonito epílogo excusa por sí solo la falta de ambición general”. Y Le Monde echa en falta un poco más de delicadeza en el tratamiento de “las heridas abiertas”.

En conversación con la AFP, Pedro Peirano reconoció sin ambages que rodaron “Gatos viejos” para poder trabajar con Bélgica Castro.

La relación de los dos directores con esta actriz de teatro legendaria en Chile y en Latinoamérica, muy amiga del desaparecido Raúl Ruiz, empezó cuando filmaron juntos “La vida me mata”, cortometraje que venía a esbozar la primera parte de “Gatos viejos”.

“Hicimos la película con Bélgica, con su marido, con sus gatos tan gordos que ni se movían, en su propia casa, sin apenas añadir luz artificial, y a lo largo de la preparación, los ensayos, las primeras lecturas y los 16 días del rodaje, esa casa se fue convirtiendo en un personaje más de la película”, recuerda Peirano.

El guión no lo tenía todo atado. “Teníamos escrito que ella empezaba a perder la cabeza y qué pasaba cuando tenía una visita y quería disimularlo, cómo podía expresarse el conflicto con su familia, con su hija, que al principio tenía un novio y lo convertimos en novia para poder volver a trabajar con Catalina Saavedra”, la sorprendente protagonista de “La nana”.

“Cuanto más anciano eres, más la casa se convierte en tu armadura porque tu cuerpo es más débil y empiezas a depender más del lugar donde estás”, reflexiona el director y guionista. “Y cuando se estropea el ascensor, como en la película, te quedas aún más encerrado”.

Por su parte, a Bélgica, que “no quiere verse nunca en pantalla porque dice que está muy vieja, lo que más le gustaba es que a medida que avanzaba la historia se demostraba que no era una ancianita buena sino que probablemente había sido una pésima madre, una mujer difícil”, explicó.

“A veces es muy tarde para cambiar, para amar, para arreglar las cosas, eso es lo más terrible de esta historia”, concluyó.

Peirano se acercó a París aprovechando un hueco en la filmación de “Niño santo”, una serie para México. Sebastián Silva, “gringo de alma”, como lo define su amigo, está filmando una película estadounidense en Santiago, “Magia, magia”, en inglés, protagonizada por el joven actor norteamericano Michael Cera.

http://youtu.be/l9oM3us2XCA