La economía española siguió cayendo en el primer trimestre de 2012, tras contraerse a finales de 2011, anunció este martes el Banco de España, confirmando la recaída del país en una nueva recesión, avanzada por el gobierno, dos años después de haber salido de la anterior.

“La información más reciente referida al inicio de 2012 confirma la prolongación de la dinámica contractiva del producto en el primer trimestre de este año”, afirmó el Banco de España en su boletín mensual de marzo, después de que en el cuarto trimestre de 2011 el PIB español se contrajese un 0,3%.

Dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo marcan técnicamente la entrada de un país en recesión.

Duramente golpeada por la crisis mundial de 2008, que coincidió con el estallido de la burbuja inmobiliaria española, motor de la economía del país durante más de una década, España salió en el primer trimestre de 2010 de una recesión de 18 meses.

Sin embargo el crecimiento no logró afianzarse desde entonces, con una muy débil progresión que lo situó en 0,7% del PIB a finales de 2011.

El gobierno conservador español dirigido por Mariano Rajoy, en el poder desde diciembre, ya anunció a principios de marzo prever una contracción de la economía del 1,7% para el conjunto de 2012, con dos trimestres consecutivos de decrecimiento a principios de año.

Según el Banco de España, esta nueva contracción de la actividad se debe principalmente a una caída del consumo privado, cuyos indicadores “retrocedieron en enero y febrero hasta niveles del año 2010″.

El gobierno de Rajoy había previsto asimismo que pese a las recientes reformas, entre ellas una del mercado laboral, el desempleo siga en aumento en 2012, alcanzando un 23,4% tras acabar 2011 en 22,85%.

Una tendencia que también fue confirmada el martes por el Banco de España.

“Por lo que respecta al conjunto del mercado de trabajo, el perfil de intensificación de la destrucción de empleo que se observó en el cuarto trimestre de 2011 se ha prolongado en los últimos meses”, afirmó en su boletín.

En este contexto, el ejecutivo español se fijó el difícil objetivo de reducir su déficit público a 5,3% del PIB este año -tras registrar un 8,51% en 2011- y a 3% en 2013, algo que muchos economistas juzgan poco realista y sobre lo que varios responsables europeos expresaron preocupación en los últimos días.

Rajoy, que intenta tranquilizar a sus socios europeos y a los mercados asegurando que el país respetará sus objetivos, debe presentar este viernes un presupuesto para 2012 que recogerá importantes medidas de austeridad.

Dos semanas después de llegar al poder, el nuevo gobierno ya había anunciado recortes presupuestarios por 8.900 millones de euros y alzas de impuestos por 6.300 millones. Sin embargo estas medidas insuficientes necesitarán un ahorro adicional que la agencia Moody’s estima en 41.500 millones de euros y que según otros analistas podría ir hasta los 55.000 millones de euros teniendo en cuenta los efectos de la recesión.

Al ritmo de los planes de austeridad crece el descontento social en el país, que el jueves vivirá una jornada de huelga general, la sexta desde el fin de la dictadura franquista en 1975, y la segunda en menos de dos años, contra una reforma del mercado laboral rechaza por los sindicatos por abaratar el despido.