El detalle de Reporteros sin Fronteras, junto con un triste recuento de muertes profesionales y acciones en desmedro del ejercicio comunicativo, se alza como un repaso a la contingencia latinoamericana, marcada por la presencia del narcotráfico, el conflicto paramilitar, las reivindicaciones indígenas y la violencia policial.

El texto de RFS, titulado ‘2011, un año nefasto para la prensa’, sitúa a México como el país en que más difícil resulta desplegar con libertad el periodismo. Esto, sustentado en la triste cifra de 5 comunicadores asesinados durante el año pasado.

De cerca, y a niveles casi homologables de peligrosidad, aparece Honduras, nación sindicada como cuna de persecución persistente a los medios de oposición y radios comunitarias.

Aún en América Central cabe mencionar a Panamá, donde el año pasado se dio muerte al director de una emisora radial y fueron expulsados dos periodistas españoles cercanos a las comunidades indígenas, según consigna en su reporte El Mundo.

En cuanto a Sudamérica, RFS nomina a Colombia y Perú como polos de intimidación hacia la prensa. Ello, a causa del narcotráfico y las marcadas zonas de conflicto armado, en el primer caso, y a la multiplicación de los procesos por difamación y/o injuria, en el segundo.

Chile también forma parte del informe reporteril, que acusa violencia contra los periodistas, sumada a atentados contra redacciones, agresiones físicas y ataques vía Internet. En esa misma línea, asegura que la participación de Carabineros en las manifestaciones estudiantiles contribuyó a los “abusos” policiales y a “brutales detenciones” contra periodistas.

Para el final, resulta significativo enunciar a Costa Rica, que desplaza a Uruguay como el país en que más se respeta el derecho a informar; y a su contraparte, que según el informe de Reporteros sin Fronteras sería Cuba, nido de “represión y breves detenciones”.