Para competir en un campeonato tan exigente como el Dakar se necesita una buena dosis de adrenalina y pasión por el deporte tuerca, y a lo mejor una cierta porción de vértigo.

Así lo demostró durante la décima etapa corrida entre Iquique y Arica en pleno desierto de Atacama, el piloto argentino Lino Sisterna a bordo de su buggy, con el cual compite en la categoría quads junto a su hijo Juan Pablo.

Según cuenta el sitio oficial del Dakar, al enfrentar una duna, Lino se negó a dejar de acelerar, provocando que el vehículo liviano se alzara por el aire cayendo de lleno en el morro y tras una vacilación de unos segundos, quedar volcado con las ruedas apuntando hacia el cielo.

“Fue en el kilómetro 280. Dos kilómetros antes nos habíamos quedado tirados en las dunas. Para pasar por el fesh fesh o la arena con nuestro buggy tenemos que alcanzar velocidad, pues es muy ligero. Al llegar a lo alto de la duna decidí no levantar el pie del acelerador. Vimos como de repente el coche salía volando, no había nada que hacer, relató el avezado corredor trasandino.

“No tenía que haber acelerado”, reconoció Lino a dakar.com, “pero a veces se le cruzan a uno los cables, ya se sabe…”.

“Es una lástima porque íbamos muy bien en la especial. ¡Íbamos a lograr un gran resultado!”, finalizó Juan Pablo Sisterna.