La autora de Harry Potter, J.K. Rowling, denunció el jueves que los periodistas la “echaron” de su casa y acosaron a sus hijos, en una esperada comparecencia ante la comisión que investiga la ética de la prensa británica a raíz del escándalo de las escuchas.

Rowling, que no figura entre las víctimas de los ‘pinchazos’ del News of the Workd, fue la última en declarar en una intensa cuarta jornada en la que la actriz Sienna Miller, ex pareja de Jude Law, y el ex presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, detallaron el hostigamiento que sufrieron.

La escritora reveló que se sintió como un “ave acorralada” después de la publicación en la prensa de una fotografía con el nombre de la calle y el número de la casa que adquirió en 1997 con el adelanto que recibió de Estados Unidos antes de la publicación del primero de los siete tomos de la saga.

Rápidamente se volvió “insostenible permanecer en aquella casa”, dijo Rowling, quien gracias a las aventuras del joven mago pasó de ser una madre soltera sin posibles a una de las mujeres más ricas del Reino Unido.

El acoso afectó a toda la familia, incluso a sus hijos, aunque la autora aseguró que siempre hizo lo posible por mantenerlos alejados de los flashes.

“Un niño, independientemente de quienes sean sus padres, creo que merece intimidad”, afirmó ante el panel presidido por el juez Brian Leveson.

Explicó en particular lo “furiosa” que se sintió un día que su hija mayor, entonces de 5 años, volvió de la escuela con una carta de un periodista dirigida a ella dentro de la cartera.

O tres años más tarde, cuando un semanario publicó una foto de la pequeña en bañador durante unas vacaciones lejos del Reino Unido.

También recordó los malos momentos que pasó cuando, ya famosa, tuvo a sus otros dos hijos, al no poder “salir de su casa durante una semana sin ser fotografiada”.

En total, dijo, tomó por lo menos “50 veces” acciones contra periódicos por violación del derecho a la intimidad o publicación de informaciones falsas, ante la comisión de quejas de la prensa o directamente ante la justicia.

Previamente, Sienna Miller confesó que llegó a acusar a sus allegados de vender información a la prensa, cuando según ella era el ahora desaparecido News of the World el que tenía su vida “bajo vigilancia”.

“Todos mis números de teléfono, los tres que cambié en tres meses, mis códigos de acceso, los números PIN, la contraseña de mi correo electrónico que después fue utilizada para ‘piratear’ mi email en 2008″ estaban en las notas incautadas por la policía al detective Glenn Mulcaire, empleado del News of the World, afirmó Miller.

La lista de Mulcaire, condenado junto con el periodista Clive Goodman a una corta pena de cárcel al término de la primera investigación sobre las escuchas telefónicas ilegales en el semanario de Rupert Murdoch para obtener exclusivas, incluía también 10 números de personas allegadas a Miller.

“Había una red de vigilancia que obviamente permite entender muy fácilmente cómo estaban obteniendo toda esa información”, afirmó la actriz de 29 años, que fue recientemente indemnizada con 100.000 libras en relación a las escuchas del News of the World, después de que éste publicara en 2005 y 2006 varios artículos con información relativa a sus relaciones sentimentales.

“Acusé a mis amigos y a mi familia de vender información y ellos se acusaron también mutuamente”, explicó, atribuyéndolo a la “paranoia” por las intrusiones.

Mosley contó por su parte su pesadilla cuando demandó al News of the World por un artículo que afirmaba que había participado en una “orgía nazi”.

“Tuve la impresión de que todos los recursos de News International se movilizaron para destruirme”, declaró Mosley, quien en 2008 consiguió que la subsidiaria británica de News Corp. fuera condenada a pagarle 60.000 libras tras dictaminar que la orgía, sadomasoquista, no tenía connotaciones nazis.