El ex seleccionador nacional, el argentino Marcelo Bielsa, destacó en la previa de enfrentar al FC Barcelona que Alexis Sánchez “es un tipo querible, un futbolista de raza”.

En la habitual conferencia de prensa antes de la fecha, el trasandino valoró las virtudes del tocopillano y sus progresos evidentes. “Guardo de él un recuerdo de mucha gratitud. Es un gran jugador con recursos para jugar por el centro, por los costados, que tiene desborde y tiene gol. Es un tipo querible, un futbolista de raza. Ha mejorado su condición de futbolista”, argumentó.

“El Barcelona es otra dimensión a la que Alexis accede. Lo que hace lo hace tan naturalmente y lo lleva tan por dentro que no necesita ningún esfuerzo añadido”, añadió.

El ‘Loco’ no perdió la oportunidad para reiterar que “yo soy muy agradecido con todo Chile, pero el medio con el que yo me comunicaba con Chile han sido sus futbolistas, y tengo mucha gratitud por él (Sánchez), por todos los futbolistas chilenos. Es chispa natural pura, donde el entusiasmo que tiene está en todo lo que intenta”.

Sobre las loas expresados por Josep Guardiola hacia su persona, el rosarino se restó méritos en su habitual tono: “Esa condición de maestro sugiere tener conocimientos que el destinatario no tiene, y yo no tengo conocimientos que Guardiola no tiene”.

Bielsa destacó que Guardiola “como entrenador tiene matices que lo distinguen del resto. Ha recuperado la idea de la multifunción de los jugadores; laterales de extremos, laterales de defensores interiores, volantes de centrales, centrales de laterales, etc. Ha hecho un manejo de la versatilidad de las funciones de un jugador que hace tiempo que era desaprobado por el fútbol”.

“Me parece un cambio sustancial. Dirige a grandes jugadores. Es máxima en el fútbol que cuando maneja a grandes no los toque, y él los ha mejorado. Ha hecho que hagan cosas que no están entre sus virtudes, y lo hace para que mejoren el colectivo, lo que habla de su liderazgo”, agregó.

En cuanto al encuentro de este domingo en San Mamés, el DT argentino recordó que “jugamos contra un equipo señalado unánimemente como uno de los mejores del mundo, si no el mejor. En ese caso, es un estímulo muy especial medirnos contra ellos. Siempre medirse contra los mejores presupone una ilusión añadida. Se iguala la posición que tenemos en los demás partidos de intentar lo máximo”.