Cuba despliega este jueves una jornada nacional contra el “terrorismo de Estado” de Washington, con actos en escuelas, fabricas, hospitales y amplios espacios mediáticos, en el 35 aniversario de la voladura de un avión civil.

“Jamás detendremos la lucha contra el terrorismo”, tituló el diario oficial Granma un largo editorial en el que afirma que “indigna la manera como ha actuado el Gobierno de Estados Unidos frente a los asesinos” de ese sabotaje que dejó 73 muertes en 1976.

El diario recordó que el anticastrista Luis Posada Carriles, autor intelectual de la colocación de la bomba que derribó a un DC-10 de Cubana de Aviación, vive libremente en Estados Unidos, país donde se refugiaron los que realizaron cientos de acciones violentas que dejaron más de 5.000 muertos e incapacitados en Cuba durante medio siglo.

Cientos de jóvenes estudiantes y trabajadores realizaron la noche del sábado una vigilia en memoria de los muertos del atentado contra el avión frente a la Sesión de Intereses de Estados Unidos en La Habana, con la asistencia del presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón.

Las decenas de actos y mítines a lo largo de la isla, culminarán en una actividad central en el ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en la que se espera la asistencia del presidente Raúl Castro, quien el año pasado decretó esta fecha como “Día de las víctimas del terrorismo de Estado”.

“El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene la oportunidad de seguir haciendo lo mismo que hizo su antecesor, George W. Bush, o mostrar que él representa el cambio”, dijo Alarcón al hablar a los jóvenes en la vigilia.

La fecha sirve de marco también para el reclamo de liberación de cinco agentes cubanos condenados por espionaje en Estados Unidos, a los cuales La Habana reivindica como “héroes y luchadores antiterroristas”, toda vez que, según sostiene, vigilaban a los grupos extremistas anticastristas de Miami, sur de Florida.

Uno de ellos, René González, debe ser liberado el viernes, tras cumplir 13 años de cárcel, pero debe permanecer tres años más en Estados Unidos bajo régimen de libertad supervisada.

“Lo menos que puede hacer Obama es enviar a René para su casa en La Habana y así se evita la pregunta nuestra de todos los días, si está con los terroristas o contra el terrorismo”, dijo Alarcón.