Rusia y China, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, opusieron este martes su veto a un proyecto de resolución de los países occidentales que amenazaba al régimen sirio con tomar acciones por la violenta represión de las protestas.

Nueve países votaron por la resolución, en tanto Rusia y China lo hicieron en contra, con lo cual la resolución no fue aprobada por su derecho a veto. Sudáfrica, India, Brasil y Líbano se abstuvieron.

El embajador de Francia en la ONU, Gerard Araud, señaló que se desplegaron todos los esfuerzos por alcanzar un acuerdo, en vano. Se habían hecho “muchas concesiones” a Rusia, China y a los países que se abstuvieron, agregó.

El embajador de Rusia, Vitali Churkin, sostuvo que se habían enfrentado dos filosofías durante las discusiones en el Consejo, una de ellas la de la “confrontación”, preferida según él por los países occidentales.

“La amenaza de sanciones era inaceptable”, dijo Churkin tras el voto.

Se trata del primer veto ruso-chino desde el que había bloqueado las sanciones de la ONU contra el presidente de Zimbabwe Robert Mugabe en julio de 2008.

Tras la votación, Estados Unidos expresó su “indignación” por el fracaso del Consejo de Seguridad en aprobar la condena al gobierno sirio.

“Estados Unidos está indignado de que este Consejo haya fallado totalmente en enfrentar un desafío moral urgente y una creciente amenaza a la paz y la seguridad regional”, dijo la embajadora ante la ONU Susan Rice, criticando a los países que según ella “preferirían vender armas al régimen sirio”.

“Dos miembros han vetado un texto ampliamente rebajado que ni siquiera menciona sanciones”, dijo Rice al Consejo.

En el proyecto de resolución, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Portugal habían preferido referirse a “medidas precisas” en lugar de “sanciones” para conseguir sumar a otros países.

Pero el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Guennadi Gatilov, ya había adelantado a la agencia Interfax que el proyecto “desgraciadamente” estaba “lejos de satisfacer” a Moscú.

Gatilov destacó que Moscú deseaba una resolución que pusiera el acento en la necesidad del diálogo político en Siria y en que la presión se ejerza tanto sobre el gobierno como sobre la oposición.

El senador estadounidense republicano John McCain fustigó, en declaraciones a la AFP, la postura rusa sobre el proyecto de resolución.

“Esto revela la verdadera naturaleza de Rusia”, dijo, citando “los espantosos abusos, las miles de personas asesinadas y encarceladas” por el régimen sirio.

Canadá, en tanto, reforzó el martes sus sanciones contra Siria apuntando en particular al sector petrolero, sin llegar a frenar las actividades del gigante energético canadiense Suncor en ese país.

Las nuevas sanciones prohíben a las empresas canadienses “importar, comprar, adquirir, transportar o expedir petróleo o productos derivados de origen sirio”, así como “financiar nuevas inversiones en el sector petrolero”, indicó el jefe de la diplomacia canadiense, John Baird, en un comunicado.

En el terreno, la represión, que desde mediados de marzo ha dejado más de 2.700 muertos según la ONU, provocó nuevas víctimas en Siria.

Tres civiles murieron en Homs (centro), según el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH), que agregó que también fueron encontrados seis cuerpos, entre ellos los de dos niños, en las calles de la ciudad. En el noroeste de Siria, tres soldados y un civil murieron en enfrentamientos.

Además, siempre según el OSDH, el militante comunista Mustafá Ahmad Alí, de 52 años, fue asesinado el lunes en la noche en Homs.

Por otra parte, nueve estudiantes que participaron en manifestaciones el martes fueron detenidos en el liceo As Saura en la ciudad costera de Banias. Los jóvenes habían llamado a derrocar al régimen.

Paralelamente, Amnistía Internacional denunció una campaña contra los opositores sirios en Europa, Estados Unidos y América Latina que son “sistemáticamente vigilados y hostigados” por sus embajadas.

Amnistía citó los casos de más de 30 militantes en Canadá, Chile, Francia, Alemania, España, Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos “que han sido objeto de intimidaciones de parte de oficiales de las embajadas” en esos países y “cuyos allegados en Siria han sido hostigados, detenidos e incluso torturados”.