Adultos mayores no valentes deberán ser trasladados a Puerto Montt y Valdivia tras cierre de dependencias del Hogar de Cristo en Osorno.

Un total de 17 adultos mayores postrados y sin familia quedarán sin albergue luego que el Hogar de Cristo en Osorno decidiera cerrar en marzo del 2013 el módulo destinado para este grupo etáreo en situación de calle.

La decisión fue tomada debido al fuerte déficit presupuestario que afecta a la institución tras los altísimos gastos a los que recurrieron después del terremoto de febrero de 2010.

Éste asciende a 3.500 millones de pesos y conllevará la clausura de 31 centros de atención a lo largo de todo el país.

La decisión fue confirmada por el encargado provincial del Hogar de Cristo, Yerko Villanueva, quien profundizó en el futuro que tendrán los ancianos atendidos por la entidad en Osorno, quienes serán trasladados a los centros de Valdivia y Puerto Montt.

Respecto a los 10 funcionarios que quedarían sin empleo, Villanueva indicó que se pretende reforzar otros programas del Hogar de Cristo, para así derivar a esas personas a dichos lugares, entre otras medidas que se están proyectando.

Por otro lado, Villanueva lamentó que el bajo aporte de la empresa privada y de los mismos socios incidan en la toma de estas drásticas decisiones, fenómeno que igualmente estaría afectando a otras fundaciones e instituciones de beneficencia.

El encargado del Hogar de Cristo fue enfático además en señalar que el gobierno no está dispuesto a gastar en los adultos mayores, lo que es preocupante ya que de aquí al 2025 el porcentaje de adultos mayores estará sobre el 20% en la población.

Finalmente, el encargado del Hogar de Cristo a nivel local, señaló que habrán otras instituciones que también se verán afectadas con el cierre del departamento de postrados del Hogar de Cristo de Osorno, como lo son el hospital base, los consultorios y las juntas de vecinos, que informaban y solicitaban ayuda a la institución cuando sabían de un caso de algún adulto mayor postrado.

Villanueva concluyó con un llamado a las familias para que se ocupen de sus seres queridos para que así no tengan que llegar a la posibilidad de quedarse en la calle o en algún albergue.