El fútbol femenino, un deporte centenario en plena progresiónAcostumbrado a un papel muy secundario ante la fuerza de su homólogo masculino, el fútbol femenino cuenta con una historia centenaria, que se remonta a finales del siglo XIX y que en los últimos años ha experimentado una gran progresión, en puertas del Mundial de Alemania-2011.

Bajo el amparo de la Federación Internacional (FIFA), el país germano acoge del 26 de junio al 17 de julio la sexta Copa del Mundo de la historia, con un interés creciente y una importante proyección mediática, en un país que ha actuado en los últimos años como locomotora en su difusión mundial.

Pero los orígenes se remontan a finales del siglo XIX. Como en el caso del fútbol masculino, las Islas Británicas fueron la cuna de este deporte en su versión moderna y Glasgow, en Escocia, acogió el que se considera como primer partido de fútbol moderno entre mujeres, entre dos clubes locales, en 1892.

En 1894 tuvo lugar un hito importante, cuando la activista por los derechos de la mujer Nettie Honeyball promovió un club, el British Ladies Football Club, como símbolo de la lucha contra la exclusión femenina en sectores considerados hasta entonces como exclusivamente para hombres.

La convulsa historia del siglo XX contribuyó paradójicamente a una mayor implantación del fútbol femenino, especialmente durante los conflictos bélicos, cuando la ausencia de los hombres desplazados al frente ayudó a una mayor presencia de la mujer en la sociedad y también en los aspectos más lúdicos.

La Federación Inglesa (FA) no reconoció por contra el fútbol femenino dentro de sus estructuras y se constituyó una federación aparte, únicamente para jugadoras, hasta que la FA se replanteó en 1969 esta medida y aceptó su inclusión.

Desde las islas británicas, el fútbol femenino fue extendiéndose por el mundo, primero de la mano de la emigración y luego de la mano del fútbol masculino, que contribuyó a popularizar en todo el mundo este deporte.

En 1970 tuvo lugar un torneo internacional, un Mundial no oficial, que no computa en las estadísticas de la FIFA, que tuvo Italia como escenario y a Dinamarca como campeona. México acogió en 1971 otra competición similar, ganada por las jugadoras locales, pero el torneo no tuvo luego continuidad.

El impulso del brasileño Joao Havelange, entonces presidente de la FIFA, fue determinante para que en 1991 se instaurara el Mundial, ya oficial, con una frecuencia cuatrianual y China como primera sede.

Desde entonces se han disputado cinco Copas del Mundo, con Alemania y Estados Unidos en cabeza del palmarés, con dos títulos cada uno.

La tendencia a la profesionalización fue impulsada por la creación de importantes campeonatos nacionales en países como Estados Unidos, Japón, Suecia o Alemania, y la irrupción de estrellas como la estadounidense Mia Hamm, la china Sun Wen, la alemana Birgit Prinz o la brasileña Marta.

“Es un placer ver cómo se ha desarrollado el fútbol femenino en los últimos diez años. El nivel de los equipos ha ido mejorando, por lo que los partidos son de alta calidad”, destacó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

El Comité Olímpico Internacional (COI) incluyó el fútbol femenino en su programa en los Juegos de Atlanta-1996 y la FIFA continuó respaldando la progresión de este deporte instaurando un premio, equivalente al masculino, en sus premios anuales (FIFA World Player) desde 1991.

La brasileña Marta ha sido la más laureada, con cuatro FIFA World Player de 2006 a 2009 y con el triunfo este enero en el nuevo Balón de Oro FIFA, que sustituye al anterior galardón. La seleccionadora alemana, Silvia Neid, se llevó el primer Balón de Oro a la mejor entrenadora.

Alemania-2011, con dieciséis selecciones nacionales, tendrá la oportunidad de seguir escribiendo páginas en la historia de un deporte más vivo que nunca.